A diferencia de tu padre humano, Dios ha conocido cada pensamiento que has tenido, y te ha entendido completamente. Puedes recurrir a Él cuando necesites aceptación, cuando necesites aprobación, y cuando necesites atención. Él nunca te dejará, y te ama más de lo que puedas imaginar.

En esta emisión, el Pastor Rick describe a nuestro “Abba”, que nunca está demasiado ocupado para nosotros, que le encanta satisfacer nuestras necesidades, y que simpatiza con nuestras heridas. Dios está cerca de ti. ¿Acudirás a Él para satisfacer todas tus necesidades y curar tus heridas?

“Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes” 1 Pedro 5:7 (NVI). Gran parte de nuestra preocupación proviene del hecho de que no vemos a Dios como un Padre amoroso. Una vez que te des cuenta de cuánto se preocupa Dios por ti y se compromete a cuidar de los detalles de tu vida, aprenderás a confiar más en Él.

En lugar de huir de las situaciones difíciles, puedes ser fuerte, ¡eso es lo que Dios quiere que hagas! En este programa, el Pastor Rick explica lo que significa “mantenerse fuerte” cuando te enfrentas a una situación abrumadora.

No importa cuán imposible parezca tu situación cuando te sientes abrumado, tu problema nunca es demasiado grande para que Dios lo maneje. De hecho, el Pastor Rick usa este mensaje como un recordatorio de que cuando las probabilidades están en tu contra, ve primero a Dios en oración y confía en Él para que sea tu defensor.

El pastor Rick advierte que cuando confiamos en alguien o en algo que no sea Jesucristo para ser nuestro Salvador, estamos en peligro de fallar. ¿Aceptarás que Dios tiene el control, que sabe lo que es mejor para ti, y que sus planes para ti son buenos? ¿Confiarás en Dios cuando tengas decepciones?

Dios está listo para derramar sus bendiciones sobre ti, pero primero tienes que decidir: ¿Quién será el primero en tu vida? Esta es una decisión crítica que debes tomar mientras caminas con Jesús. Pregúntate: “¿Dependeré de mí mismo o dependeré de Dios hoy?”

No puedes tener la paz de Dios hasta que primero hagas las paces con Dios. ¿Pero cómo lo haces? En este mensaje, el Pastor Rick revela la evidencia de una vida entregada a Cristo y cómo hacer de Dios tu prioridad.

El punto de partida para la paz es aceptar lo que no se puede cambiar. En este mensaje, el Pastor Rick enseña que el resentimiento, la amargura o la culpa por cosas que no se pueden cambiar, te mantendrá atascado en el camino hacia la paz. Aprende a cambiar lo que puedes y a aceptar lo que no puedes.

Dios lo ve todo, Dios lo sabe todo, a Dios le importa todo, y Dios tiene el control de todo. Entonces, ¿qué te preocupa? En esta enseñanza, aprende a liberarte de la preocupación, el conflicto, y el pensamiento de “cuándo… entonces…” para que puedas estar alegre, sin importar lo que pase.

Una persona llena de alegría tiene más creatividad, energía y productividad. Pero para convertirte en ese tipo de persona, debes aprender a perdonar el pasado, confiar en Dios para el futuro, y entender el propósito de Dios para tu vida. “Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada” Romanos 6:13 (TLA).

A pesar de tus heridas ocultas, Dios quiere que experimentes lo mejor para tu futuro. A medida que te mueves hacia lo que debes enfocarte, el Pastor Rick te ayuda a aprender a reenfocarte en Cristo y dejar ir tu pasado para que puedas descubrir la alegría duradera.

El Pastor Rick nos enseña que Dios quiere sanar tu dolor, hábitos, complejos y tus heridas ocultas. Deja que Dios transforme tu forma de pensar, usando dos pasos prácticos para que puedas sanar los recuerdos del prejuicio, la burla, la amargura y el arrepentimiento.

Puede que te sientas desesperado porque crees que Dios te ha olvidado, pero Él siempre ha estado y siempre estará contigo. Encuentra lo qué debes hacer en una situación desesperada y así descubrir una nueva esperanza en Jesucristo.

El pastor Rick nos recuerda que Dios es la única fuente de esperanza, una esperanza que no defrauda y que se renueva cada día: “Su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades” Lamentaciones 3:22-23 (NVI).