devotion Spanish

Todo Cristiano es un Ministro

“Ustedes también son como piedras vivas que Dios utiliza para construir un templo espiritual”.  1 Pedro 2:5a (PDT)

Dios dice que eres un sacerdote. Dependiendo de tus antecedentes, eso puede ser aterrador o confuso. Pedro dice que los dos beneficios que tienen los sacerdotes están disponibles para todos los creyentes.

En el antiguo testamento, los sacerdotes hacían dos cosas:

  1. Tenían el privilegio, derecho y responsabilidad de ir directamente a Dios. Ellos podían orar y hablar con Dios, adorar y tener compañerismo con Dios. Todos los demás tenían que acudir al sacerdote.
  2. El sacerdote tenía el privilegio y responsabilidad de representar las personas ante Dios y ministrar las necesidades de otras personas (servicio).

Esas dos cosas se vuelven realidad cuando te conviertes en un creyente.

Ahora tienes acceso directo a Dios. No tienes que orar a través de nadie más. No tienes que confesarte ante Dios a través de nadie más. No tienes que tener compañerismo con Dios a través de nadie más. Puedes leer la Biblia, hablar con Dios, y tener compañerismo directamente con Él.

La Biblia dice que cuando Jesús murió en la cruz, había un velo en el tempo que separaba lo Santo de lo Sagrado, separaba donde estaba el Espíritu de Dios de donde estaba el hombre. Solo el sumo sacerdote podía ir detrás del velo una vez al año. Cuando Jesús murió en la cruz, Dios rompió ese velo —aproximadamente 21 metros— de arriba hasta abajo, simbolizando que ya no había ninguna barrera.

También tienes el don del ministerio para servir a otras personas. Cada cristiano es un ministro —no un pastor, sino un ministro. Cada vez que usas tus talentos y dones para ayudar a otros, estás ministrando.

“Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo” 2 Timoteo 1:9a (NTV). ¿Por qué te salvó Dios? Para que pudieras servirle. Un cristiano que no sirve es una contradicción.

¿Cómo saber cuál es tu ministerio? Mira tus talentos, dones y habilidades. Cuando usas esos talentos y dones para ayudar a otras personas, a eso se le llama ministerio —nada lujoso o aterrador. Sólo es ayudar a otros. ¿Puedes ser un ministro en el departamento de ventas?  ¿Puedes ser un ministro como contador? Por supuesto. ¿Conduciendo un camión? claro que si. Cada vez que estás ayudando a otras personas en el nombre de Dios, estás ministrando.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cuáles son tus dones y habilidades espirituales? ¿Cómo estás usándolos para servir a Dios y a otras personas?
  • ¿Con cuál actitud crees que Dios quiere que sirvas? ¿Por qué?
  • ¿Cómo aprovechas al máximo tu estatus como ministro? ¿Sacas ventaja de tu acceso directo a Dios?
Rick Warren

Leave a Comment

Recent Posts

Por qué el Cambio No Ocurre Instantáneamente

“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los…

7 hours ago

God’s Promises to Those Who Give

To reap a great harvest, you must plant generously in faith. My wife Kay and…

7 hours ago

Acepta lo que Dios Está Haciendo

“Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer. Pues…

1 day ago

Why Not Your Best?

Admiral Hyman Rickover was the father of the U.S. nuclear Navy. He once interviewed a…

1 day ago

No te Apresures a Reiniciar

“Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no…

2 days ago

You Have to Believe It to See It

Faith is visualizing the future. It’s believing before you see it. Hebrews 11:1 says, “Faith…

2 days ago