Los Regalos de Dios por el Momento

La Biblia dice en 1 Timoteo 6:17 que Dios “que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos” (NVI). Ese es el tipo de Dios al que servimos. ¡Él nos dio el mundo para que lo disfrutemos! Pero este es el problema: estamos tan ocupados obteniendo más que no disfrutamos de lo que tenemos.

El secreto de la satisfacción es aprender a disfrutar lo que Dios te ha dado. Eclesiastés 5:19 dice: “Si él [Dios] nos da mucho, también nos permite disfrutar de lo que nos da; disfrutemos entonces de lo que tanto trabajo nos ha costado, porque es un regalo de Dios”. (TLA) Presta más atención a lo que tienes. Abre los ojos, aprecia lo que Dios ya te ha dado, y disfruta de lo que tienes.

Una de mis actividades favoritas es observar el amanecer desde la ladera de nuestro patio. Puse una silla de playa por ahí hace casi 20 años. Creo que la compré en Target, así que no es cara. Está descolorida, y un par de sus tablillas están rotas. Me encanta sentarme en esa silla raída y vieja y ver salir el sol. ¡Es para mí un gran placer!

¿Tendría más alegría viendo el amanecer si estuviera sentado en un costoso sillón con incrustaciones de diamantes en lugar de una silla raída de Target? No. No aumentaría un poco mi alegría. De hecho, hay una ventaja de no tener un sillón costoso con incrustaciones de diamantes. Es mejor tener una silla raída en la ladera. ¿Por qué? ¡Porque nadie la roba!

Debes preguntarte: “¿Qué es lo que no estoy disfrutando en este momento?” La mayoría de nosotros entramos en lo que llamo “cuando y luego” pensando: “Cuando esto suceda, entonces seré feliz”.

“Cuando tenga un novio, entonces seré feliz”. “Cuando me case, entonces seré feliz”. “Cuando tenga hijos, entonces seré feliz”. “Cuando mis hijos se vayan a escuela, entonces seré feliz”. “Cuando me case nuevamente, seré feliz”.

Eres tan feliz como eliges ser. ¡La felicidad es una opción! Si no eres feliz ahora, no serás feliz más tarde. Podría llevarte a algunos de los peores lugares del mundo y mostrarte a dos personas viviendo una junto a la otra. Uno es miserable, y uno es feliz. ¿Por qué? La felicidad no tiene nada que ver con tus circunstancias. Tiene todo que ver con tu actitud. Si no estás contento viviendo de lo que estás viviendo ahora, puedo garantizarte que no vas a ser feliz con nada más. Porque siempre querrás un poco más.

La felicidad es una opción. ¡Elige ser feliz con lo que Dios te ha dado ahora para que lo disfrutes!

Reflexiona sobre esto:

• ¿Con qué te ha bendecido Dios que no has disfrutado al máximo?
• ¿Qué has estado esperando para ser feliz?
• Si la felicidad es una elección, ¿por qué las personas eligen ser infelices?