“Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien”. Efesios 5:15-16 (TLA)
Todos tenemos sueños. Quizá has tenido un sueño específico desde que eras un niño, o quizá vino a ti recientemente. Los deseos, aspiraciones y ambiciones deben ser parte de nuestras vidas. Es posible que los hayas escondido en lo más profundo dentro de ti, pero por seguro tienes un sueño.
La pregunta no es si tienes un sueño, la pregunta es “¿Qué estás haciendo con tu sueño?”
La mayoría de los sueños nunca se hacen realidad. No es porque no seamos lo suficientemente inteligentes o extrovertidos o lo suficientemente espirituales. Por lo general, nuestros sueños no se hacen realidad, porque no estamos dispuestos a asumir los riesgos necesarios para alcanzarlos.
La Biblia comparte un triste comentario en una sola frase sobre un rey que no pudo alcanzar una aspiración importante en su vida: “El rey Josafat construyó barcos de carga para ir hasta Ofir a traer oro, pero los barcos nunca salieron porque se destrozaron en el puerto de Ezión Guéber” 1 Reyes 22:48 (PDT).
Es una tragedia que tu barco nunca llegue a tu vida y es una tragedia aun mayor que construyas un barco y que nunca zarpe. Imagínate la energía e inversión empleada por el rey Josafat. Él construyó una flota entera de barcos para ir tras el oro, y ni uno de ellos logró zarpar, nunca pudieron salir del puerto. Evidentemente se produjo una tormenta y, mientras estos barcos estaban en el puerto, se estrellaron contra las rocas y se destruyeron.
Algunas personas pasan toda su vida esperando que su barco llegue. Pero Dios no está esperando que tu barco llegue, Él está esperando que tu navegues tu barco fuera del puerto.
Conozco a un hombre que durante 30 años tuvo un sueño de iniciar un ministerio. Él hablaba del sueño, lo meditaba y lo planeaba. El invirtió una gran cantidad de tiempo en este sueño, pero nunca tomó el riesgo de hacer nada más por su sueño. Nunca navegó su barco fuera del puerto. Con el tiempo, el hombre murió —y lo mismo pasó con su sueño.
El antídoto de la Biblia para ese tipo de prolongación trágica es tan simple como un famoso eslogan, pero terriblemente difícil de aplicar en todo tiempo: “Just Do it”. “Simplemente Hazlo”.
La Biblia dice: “Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien” Efesios 5:15-16 (TLA).
La Biblia nos incentiva a aprovechar el momento y actuar ahora. Vivir una vida con sueños sin alcanzar, es una tragedia. Los barcos no fueron hechos para el puerto, fueron hechos para navegar el mar abierto.
Entonces, ¿estás listo para navegar?
Reflexiona sobre esto:
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