“Voy hacia el oriente, pero él no está allí; voy hacia el occidente, pero no puedo encontrarlo. No lo veo en el norte, porque está escondido; miro al sur, pero él está oculto. ‘Sin embargo, él sabe a dónde yo voy’”. Job 23:8-10a (NTV)
Ayer vimos que David se quejaba frecuentemente de la aparente ausencia de Dios. Pero la verdad es que Dios realmente no había dejado a David, así como Dios nunca te dejará. Él ha prometido repetidamente: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”.
Sin embargo, Dios no te ha prometido que siempre sentirás Su presencia. De hecho, Dios admite que a veces se esconde de nosotros (ver Isaías 45:15).
Hay momentos en los que parece que Dios está oculto en tu vida.
Floyd McClung lo describe de esta manera: “Te despiertas una mañana y todos tus sentimientos espirituales se han ido. Oras, pero no pasa nada. Reprendes al diablo, pero no cambia nada. Pasas por ejercicios espirituales… tienes a tus amigos que oran por ti… confiesas todo pecado que te puedas imaginar y luego vas a pedir perdón a todos los que conoces. Eres rápido… sin embargo nada todavía. Comienzas a preguntarte cuánto tiempo durará esta oscuridad espiritual. ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses? ¿Alguna vez terminará?… Se siente como si tus oraciones simplemente rebotan en el techo. En total desesperación, tú gritas: “¿Qué me pasa?”.
¡La verdad es que no hay nada malo en ti! Esta es una parte normal de la prueba y crecimiento de tu amistad con Dios. Cada cristiano pasa a través de ella por lo menos una vez y por lo general varias veces. Es doloroso y desconcertante, pero es absolutamente vital para el desarrollo de tu fe.
Saber esto le dio esperanza a Job cuando no podía sentir la presencia de Dios en su vida. Él dijo: “Voy hacia el oriente, pero él no está allí; voy hacia el occidente, pero no puedo encontrarlo. No lo veo en el norte, porque está escondido; miro al sur, pero él está oculto. Sin embargo, él sabe a dónde yo voy” Job 23:8-10 (NTV).
Cuando Dios parece distante, puedes pensar que está enojado contigo o está disciplinándote por algún pecado. De hecho, el pecado nos desconecta de la comunión íntima con Dios. Lloramos al Espíritu de Dios y saciamos nuestra comunión con Él por desobediencia, conflicto con otros, ocupación, amistad con el mundo y otros pecados (ver Salmos 51, Efesios 4:29-30, 1 Tesalonicenses 5:19, Jeremías 2:32; 1 Corintios 8:12, Santiago 4:4).
Pero a menudo este sentimiento de abandono o alejamiento de Dios no tiene nada que ver con el pecado. Es una prueba de fe, una que todos debemos afrontar: ¿seguirás amando, confiando, obedeciendo y adorando a Dios, aun cuando no sientas Su presencia o una evidencia visible de Su trabajo en tu vida?
El error más común que cometen los cristianos hoy en día es buscar una experiencia en vez de buscar a Dios. Buscan un sentimiento y si sucede, concluyen que han adorado.
¡Incorrecto! De hecho, Dios frecuentemente elimina nuestros sentimientos para que no dependamos de ellos. Buscar un sentimiento, incluso el sentimiento de cercanía a Cristo no es adoración.
Reflexiona sobre esto:
“Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y…
Moses led the Israelites out of Egypt and across the wilderness to the Promised Land.…
“Vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor…
When you become a person of faith, you learn to give according to what God…
“Somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios…
Generosity expands your influence. The more generous you become, the more influential you will become.…