Padre, qué hermoso día para recordar y celebrar a las madres…

Nos quedamos asombrados cuando nos detenemos a pensar en el poder que tienen las mujeres para dejar una huella en la vida de los niños que tienen a su cargo. ¡Qué privilegio! ¡Qué responsabilidad!

Dios, gracias por las madres que nos has dado. Estamos agradecidos por la manera en que nos educaron de forma sana y positiva. Perdonamos sus errores. Decidimos centrarnos en el hecho de que las elegiste para crearnos y darnos vida.

Gracias por los brazos acogedores de las mujeres que no fueron nuestras madres, pero que nos amaron como si fuéramos suyos.

Mantente cerca de las que anhelan ser madres, de las que lloran la pérdida de un hijo y de las que extrañan a sus hijos que ya no están en casa; abrázalas con tu amor.

Dios, por aquellas que están en medio de la crianza en este momento; dales valor para tomar decisiones difíciles; dales firmeza para que puedan resistir las presiones de nuestra cultura hacia los valores de Dios; dales energía física y resistencia para que superen incluso al adolescente más ocupado; dales sabiduría más allá de su propia capacidad para saber cuándo escuchar y cuándo hablar; dales fe para guiar a sus hijos hacia una relación personal y llena de confianza en Jesús.

Por favor, dale a todas las madres el gozo de moldear la vida de sus hijos, la esperanza en sus días oscuros; y sobre todo, un amor dispuesto al sacrificio.

Te amamos, Padre.

En el Nombre de tu hijo Jesús oramos,

Amén.

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