Tus Decisiones Controlan Tu Agenda
por Rick Warren — Febrero 28, 2020
Tus elecciones son mucho más poderosas que tus circunstancias. Puede que no te guste lo complicado en que se ha convertido tu vida. Pero con pocas excepciones, nadie te obliga a mantener tu vida complicada.
Tú tienes el poder de simplificar tu vida. De hecho, Dios espera que asumamos la responsabilidad de nuestras vidas y que elijamos cuidadosamente cómo pasamos nuestro tiempo.
Tienes el tiempo justo para hacer la voluntad de Dios mientras estás aquí en la Tierra. Te han dado el tiempo justo para cumplir tu propósito. Cuando tratas de hacer más de lo que Dios planeó para ti, es natural que te encuentres constantemente fuera de tiempo o estresado por tu horario.
Mi oración para ti es que encuentres alivio del estrés y una nueva sensación de satisfacción al hacer solo las cosas que Dios te creó para que hicieras.
Reflexiona sobre esto:
- Haz una lista de las actividades y responsabilidades que te causan estrés. Pídele a Dios que te ayude a determinar las cosas en tu agenda que Él nunca tuvo la intención de que hagas.
- ¿Dónde crees que Dios quiere que concentres tu tiempo y energía?
- ¿Qué decisiones necesitas hacer que te ayudarán a enfocarte más en lo que Dios ha planeado para ti?
¿Has comprometido tu vida con Cristo?
No importa lo que hayas hecho o dónde has estado, tienes un lugar en la familia eterna de Dios, listo y esperando por ti. La invitación está abierta. Solo cree y recibe.
¿Estás listo? Aquí hay una oración con la que puedes comenzar:
“Dios mío, sé que cuando muera voy a darte cuentas de mi vida directamente. Confieso que te he ignorado. Sé que he pecado contra ti y he vivido según mi plan, no el tuyo. Quiero que eso cambie, a partir de hoy. Quiero ser libre de mi pecado.
Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que hice malo para no tener que pagar la condena. Sé que no merezco tu perdón. Sé que solo tu gracia puede salvarme, Señor. Nunca podría ser lo suficientemente bueno para entrar en un lugar perfecto.
Jesús, gracias por amarme tanto que tomaste toda mi culpa sobre ti mismo. Me hiciste aceptable para el cielo, y humildemente te pido que me salves. Te pido que me salves de los pecados y los hábitos que están arruinando mi vida en este momento. Yo creo en ti, Jesús. Y creo que mantendrás tu promesa de salvarme al instante y de manera segura y completa y eterna. En el nombre de Jesús. Amén.
Si hiciste la oración anterior, escríbeme y déjame saber a [email protected], me encantaría enviarte algunos materiales para que comiences tu viaje con Jesús.