Lo interesante sobre el dolor y la alegría es que siempre que compartes una alegría, se recibe doble. Pero es lo opuesto con el dolor. Cuando compartes el sufrimiento, se reduce a la mitad. Cuando tus amigos atraviesan por una crisis, te necesitan para que compartas sus cargas y reduzcas sus dolores.

Cuando hablo de compartir un dolor con tus amigos, no estoy hablando de simpatía. La simpatía dice, “Siento mucho tu pena”. La gente no necesita tu simpatía. Ellos necesitan tu empatía. La empatía dice, “Comparto tu dolor” La simpatía guarda distancia. La empatía te acerca.

La máxima expresión de amor es la compasión. La compasión dice, “Haré cualquier cosa que esté a mi alcance para detener tu sufrimiento”. Cuando lees la Biblia, te das cuenta que Jesús es movido en compasión en repetidas ocasiones. Él estuvo dispuesto a hacer cualquier cosa para detener el dolor de otros, incluyendo ir a la cruz. Él estuvo dispuesto a morir para detener tu sufrimiento. Eso es compasión.

La Biblia dice en Romanos 12:15, “Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza” Romanos 12:15 (TLA). Eso significa llorar con ellos.

¿Qué hacen los amigos? Ellos se hacen presentes. Comparten los sufrimientos. Y se quedan callados como si no estuvieran presentes. Ellos no nos dan clichés piadosos. No te dan consejos. No intentan convencer al amigo de que no está en dolor. Ellos no dicen, “Todo va a estar bien”. Ellos solo dicen, “Nos sentaremos aquí contigo. Estaremos aquí para ti. Sufriremos contigo”.

Reflexiona sobre esto:

• ¿De qué maneras puedes mostrar compasión a un amigo que está sufriendo?
• Describe una situación en la que es mejor no decir nada y en vez de eso solo estar presente.

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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; Haz esta oración.