Tu Trabajo es un Canal, pero Dios es tu Proveedor

“Mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19 NBLH).

¿En qué pones tu confianza?

Poner tu confianza en una cuenta de banco, o en un trabajo o en inversiones, es algo que produce un dolor de cabeza, porque puedes perder todas esas cosas.

Tienes que poner tu confianza y seguridad en algo que no te puedan quitar: ¡Dios! Si quieres la bendición de Dios en tu vida, tienes que depender de las riquezas de Dios y no en las tuyas.

Aquí lo que la Biblia dice sobre las riquezas de Dios: “Mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19 NBLH).

Tu seguridad no debería estar en un trabajo. Tu trabajo es un canal, pero Dios es tu proveedor. Si entiendes esto, tendrás mucho menos estrés en la vida. Déjame decirlo de nuevo: Tu trabajo es un canal, pero Dios es el proveedor para tu sustento.

Si abres la llave del agua en la cocina y no sale nada, ¿Qué harías? Dirías: “¡Vamos!; el mundo se ha quedado sin agua –no hay agua saliendo de la llave, así que no debe quedar nada en el mundo”.

Por supuesto que no. Sabrías que el problema no está en la fuente. Hay mucha agua en el mundo. El problema es el canal; ha sido bloqueado de alguna manera.

Si se bloquea un canal en tu vida y la “llave del agua” deja de funcionar, Dios puede abrir otra llave muy fácil. Si Dios cierra una puerta en tu vida, Él puede abrir otra puerta diferente. Y si se cierra esa puerta, Él puede abrir una ventana para que puedas entrar.

Dios no está limitado por tus habilidades y capacidades. Tu trabajo es un canal. Si crees que tu trabajo es el que te mantiene seguro financieramente, vas a estar inseguro toda tu vida. Tienes que entender que Dios es la fuente de tu sustento, y puedes depender de Él, porque Dios sabe exactamente lo que necesitas y como dártelo.

Los trabajos van y vienen. Las cuentas bancarias suben y bajan. Las economías crecen y decrecen. Los mercados pueden tener tendencias hacia arriba o hacia abajo, ¡no importa!

Puedes confiar en las riquezas de Dios para tener completa seguridad.

Reflexiona sobre esto:

  • Cuando pones tu confianza en las riquezas de Dios ¿Cómo esto afecta la manera en que manejas tus finanzas?
  • ¿Ha sido cerrada una “llave” en tu vida recientemente? ¿Cómo estás confiando en Dios –o batallando- para tener una seguridad financiera?
  • ¿Qué revelan tus inversiones y finanzas sobre tus prioridades en tu vida?

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