Tres Cosas para Recordar cuando Camines por el Valle

 

“Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado” (Salmo 23:4 NVI).

Puede que no estés en el valle de la sombra de la muerte en este momento, pero puedes estar en otro valle. Estos son lugares difíciles en tu vida, donde es fácil dudar o pasar por alto la bondad de Dios. Pero siempre puedes confiar en que Dios camina contigo por los valles. Y él ha prometido llevarte al otro lado.

El Salmo 23:4 dice: “Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado” (NVI).

Aquí hay tres verdades que vale la pena recordar cuando estás en el valle:

  1. No estás solo; Dios está contigo
    Las sombras en tu vida son la evidencia de la presencia de la luz. ¿Cómo lidias con una sombra? Das la espalda a la sombra y miras la luz. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida” (Juan 8:12 NTV).

    La Biblia dice que Dios es luz y en Él no hay oscuridad en absoluto. Tienes que dejar de concentrarte en las cosas que te asustan: esos cobros, esos temores, esas preocupaciones, esas cosas que siguen girando en tu mente. Aleja tu enfoque de tus miedos para que puedas concentrarte en el Padre.

  2. Dios tiene un buen propósito para tu valle
    Dios no puede hacer el mal. Incluso cuando estás enfrentando problemas, conflictos, penas, temores o fracasos, Dios está trabajando creando algo bueno de tu valle.

    Romanos 5:3-5 dice: “Nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor. (NTV).

  3. Recuerda: La recompensa durará para siempre
    Serás recompensado por permanecer fiel a Cristo en el valle del fracaso, en el valle del miedo, en el valle del conflicto, en el valle del dolor, en el valle del quebrantamiento y en el valle del problema. Estarás en el cielo menos de un minuto antes de pensar: “¿En qué estaba pensando? ¿Por qué me quejé tanto? ¿Por qué me preocupé cuando estaba atravesando esos valles? Dios estuvo allí conmigo todo el tiempo, y Él fue bueno conmigo todo el tiempo”.

    La Biblia dice en 2 Corintios 4:17, “Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades!” (NTV).

Reflexiona sobre esto:

  • ¿A qué le tienes más miedo? ¿Qué mentiras sobre esos miedos estás creyendo?
  • ¿Cómo puedes recordar la bondad de Dios cuando caminas por tu próximo valle o cuando terminas de caminar por el valle en el que te encuentras ahora mismo?
  • ¿Por qué es importante buscar el bien que Dios está ejercitando mientras estás en tu valle y no solo después de haber pasado al otro lado?

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