Tres cosas para Recordar acerca de los Valles

“Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado” (Salmo 23:4 NVI).

En Israel, en el camino de Jerusalén a Jericó, hay un cañón llamado el Valle de la Sombra de la Muerte. En su día, el rey David probablemente viajó a través de él muchas veces. Algunos de los cañones a lo largo del camino a Jericó eran estrechos en la parte inferior y tan altos como 800 pies de altura. La única forma que se puede ver la luz del sol en la parte inferior es cuando es mediodía y el sol está directamente arriba. En la Biblia, los valles son a menudo una metáfora de los tiempos difíciles, los tiempos de oscuridad, la desesperación, la derrota o el desaliento.

Salmo 23:4 dice, “Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado” (NVI). La Biblia nos enseña que Dios es un Dios que, no solo es parte de nuestras experiencias en la cima de la montaña. Él también está con nosotros en los valles.

Hay tres cosas que debes recordar sobre los valles:

Los valles son parte de la vida. La Biblia dice en Deuteronomio 11:11, “En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes” (NTV).

Los valles son inevitables. Todos acabamos de salir de un valle o estamos en medio de uno en este momento o nos dirigimos a otro, porque así es la vida. No puedes evitar los valles. En cambio, puedes contar con ellos.

Los valles les suceden a todos. Son imparciales. Cosas buenas les pasan a las personas malas, y las cosas malas les suceden a las personas buenas. Estamos en un mundo caído y roto, así que tenemos problemas. Nadie es inmune. Nadie está aislado del dolor. Nadie navega por la vida sin problemas.

“Los que son de Dios podrán tener muchos problemas, pero él los ayuda a vencerlos” (Salmo 34:19 TLA).

 Los valles son impredecibles. No puedes planearlos. No los puedes pronosticar. Los problemas típicamente te atrapan con la guardia baja. De hecho, tus valles y tus problemas suelen aparecer en el peor momento: cuando no tienes tiempo, cuando no estás preparado y cuando es inconveniente. ¿No sería más fácil si pudieras programar todos tus valles en la vida, cuando te encuentres dormido, tu salud sea buena y nadie te esté molestando?

 Proverbios 27:1 dice, “No presumas hoy de lo que piensas hacer mañana; ¡nadie sabe lo que traerá el futuro!” (TLA).

Cuando sabes que esperar cuando se trata de los valles de la vida, sabrás cómo prepararte para ellos.

 Reflexiona sobre esto:

  •  Dónde estás en tu viaje de vida ahora mismo: ¿en un valle, saliendo de un valle, en algún lugar entre un valle y la cima de una montaña, o en la cima de una montaña?
  • ¿Cómo puedes prepararte mental, física y espiritualmente para los valles de tu vida?
  • ¿Por qué crees que Dios te permite atravesar por valles y no solo por cimas de montañas?

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