“Vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes”. 1 Pedro 3:8 (NVI)
Como pastor, veo diariamente situaciones que nadie nunca debería tener que pasar solo. Nadie nunca debería tener que esperar solo en el hospital mientras que un ser querido está en una cirugía de vida o muerte. Ninguna mujer debería tener que esperar sola por el informe del laboratorio en un embarazo problemático. Nadie nunca debería tener que esperar solo por noticias de un campo de batalla. Nadie nunca debería tener que estar solo en el borde de una tumba abierta. Nadie nunca debería tener que pasar la primera noche solo cuando su cónyuge acaba de irse.
Las tragedias y los tiempos difíciles de la vida son inevitables; cada uno de nosotros se enfrentará a ellos. Pero no necesitamos pasar solos por estas situaciones. Necesitamos la red de seguridad de Dios para ayudar a sostenernos en estos tiempos difíciles.
¿Cuál es la red de seguridad de Dios? Es un grupo de otros creyentes —Son un conjunto de personas que realmente están comprometidos contigo. Llamamos a este tipo de grupo una comunidad. Aquí está el plan de Dios para la comunidad: “Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento” 1 Corintios 12:26 a (NVI). La comunidad es la respuesta de Dios a la desesperación.
Romanos 12:15 expresa una idea similar: “Gocémonos con los que se gozan y lloremos con los que lloran” (RVC).
La primera parte de este versículo es fácil. Cuando sucede algo bueno para alguien, es a menudo fácil unirse a la fiesta.
Pero cuando alguien está teniendo un momento difícil, puede parecer más complicado. Pero, en realidad, es muy sencillo. Cuando estás pasando por una crisis, no quieres consejos; lo que deseas es que alguien esté ahí para sentarse contigo, sostener tu mano, darte un abrazo, llorar contigo.
Como Pablo nos dice: “Por eso, anímense y edifíquense unos a otros” 1 Tesalonicenses 5:11 a (NVI). Alentar o animar a alguien, no significa tener que dar una charla o palabras de sabiduría. A veces, la mejor manera de animar a alguien es sólo sentarse en silencio, esperar y llorar con un amigo.
¿Tienes una red de seguridad de Dios? ¿Tienes un grupo de compañeros cristianos con los que sabes que puedes contar en tiempos difíciles de la vida? Si no, sal hoy y empieza a construir esas amistades. Los tiempos difíciles en la vida son inevitables, y sólo un necio pasaría por ellos sin estar preparado.
Reflexiona sobre esto:
“—Por la poca fe que tienen —respondió—. Les aseguro que si tuvieran fe tan pequeña…
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“Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los…
Over the last few devotionals, we’ve been looking at how Daniel prayed during a time…
“Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y este se cumplirá. Aunque…
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