Tienes Acceso Directo a Dios

Dios dice que tú eres un sacerdote. Depende de tus antecedentes, eso puede ser miedoso o confuso. Pedro está diciendo que los dos beneficios que los sacerdotes tenían, están ahora disponibles para todos los creyentes.

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes hicieron dos cosas:

Estas son dos cosas que tambien son ciertas para ti, cuando te conviertes en un creyente.

Ahora tienes acceso directo a Dios. No tienes que orar a través de alguien más. No te tienes que confesar a través de alguien más. No tienes que tener compañerismo con Dios a través de alguien más. Lee tu Biblia, habla con el Señor, y ten compañerismo directamente con Él.

La Biblia dice que cuando Jesús murió en la cruz, había un velo en el templo que separaba lo Santo de los Santos, donde el Espíritu de Dios estaba, de donde el hombre estaba. Sólo los sacerdotes podían ir detrás del velo una vez al año. Cuando Jesús murió en la cruz, Dios rasgó ese velo ­— cerca de 70 pies de largo — de arriba a abajo, simboliza que ya no hay barrera entre Él y nosotros.

Tú también has sido dotado para ministrar y servir a otra gente. Cada cristiano es un ministro — no un pastor, sino un ministro. Cada vez que usas tus talentos y dones para ayudar a otros, estás ministrando.

 “Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús”. (2 Timoteo 1:9 NTV). ¿Por qué Dios nos salvó? Para que le pudieras servir. Un cristiano que no sirve es una contradicción.

¿Como sabes cuál es tu ministerio? Mira tus talentos, dones y habilidades. Cuando usas esos talentos y dones para ayudar a otras personas, eso es llamado ministerio – nada elegante o miedoso sobre esto. Es solo ayudar a otros. ¿Puedes ser un sacerdote en la oficina de ventas? Por supuesto que puedes. ¿Puedes ser un sacerdote como contador? Por supuesto. ¿Conduciendo un camión? Seguro que si.

Cada vez que estás ayudando a otras personas en el nombre de Dios, estás ministrando.

Reflexiona sobre esto: