Para Saber a Dónde vas, Evalúa dónde Estás

La primera y más grande barrera en cualquier área de tu vida es el orgullo.

De hecho, nadie tiene todo bajo control. Yo no tengo todo bajo control. Tú no tienes todo bajo control. El Papa no tiene todo bajo control. La Biblia dice que nada es perfecto en la Tierra excepto La Palabra de Dios. Todo en este planeta está averiado a causa del pecado.

Pero vamos por ahí tratando de impresionar a la gente y pretendiendo que tenemos todo en control. El problema es que, si quieres tener un cambio duradero en tu vida, primeramente, tienes que evaluar tu estado actual humildemente y admitir que no tienes todo bajo control. Tienes que admitir que tienes problemas con tus finanzas, con tu salud, y con muchas otras cosas.

Romanos 12:3b dice, “Nadie tenga un concepto más alto de si del que debe tener, sino más bien tenga un concepto equilibrado de acuerdo con la medida de fe que Dios le haya dado” (NVI).

¿Estás dispuesto a preguntarle a la gente cercana a ti, “¿Dónde necesito cambiar?” ¿Tienes el valor de preguntarle a otras personas que sean honestas sobre ti y contigo?

¿Por qué es esto tan importante? Porque sólo puedes manejar lo que mides. Si no sabes la medida de tu fe, no puedes crecer en fe. Si no sabes la media de tu salud, no puedes desarrollar y crecer en salud. Si no sabes la medida de donde estás financieramente, no puedes fijar metas financieras. Si no sabes la medida de donde te encuentras espiritualmente o vocacionalmente o en tus relaciones, no puedes crecer en esas áreas. Sólo puedes manejar lo que puedes medir.

También es muy importante registrar tu progreso sobre cualquier meta en un diario. Si vas a fijar algunas metas de salud, financieras o de cualquier otro tipo, registra tu progreso a lo largo del año para que puedas medir tu crecimiento.

Evalúa donde te encuentras para que puedas saber hacia dónde debes de ir.