Cuando te encuentras con alguien para resolver un conflicto, primero tienes que confesar tu parte del problema. Después necesitas escuchar el dolor y la perspectiva de la otra persona.

Creemos que argumentamos sobre las ideas, pero en realidad argumentamos sobre emociones. Cada vez que hay un conflicto, alguien sale lastimado. Alguien se sintió abusado. Alguien se sintió despreciado. No son ideas las que causan el conflicto. Es la emoción detrás de la idea.

Personas heridas, hieren personas. Cuanto más sea lastimada una persona, más atacarán a los demás. Las personas que no están sufriendo no hieren a otros. Las personas que están llenas de amor son cariñosas con los demás. Las personas que están llenas de alegría son alegres con los demás. Las personas que están llenas de paz están en paz con todos los demás. Pero las personas que están llenas de heridas en el interior están lastimando a otros. Van a atacar.

Si deseas conectar con las personas, debes comenzar con sus necesidades, sus heridas y sus intereses. Si quieres ser un buen vendedor, no empieces con tu producto. Comienza con la necesidad de tu cliente, con sus aflicciones e intereses. Si quieres ser un buen profesor o pastor o cualquier otra cosa, empieza con las necesidades, aflicciones e intereses de las personas.

Filipenses 2:4-5 dice “Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús” (NTV).

¿Estás a menudo tan ocupado tratando de lograr que las personas con quienes tienes un conflicto vean tu posición, que no estás escuchando la de ellos? ¿Estás demasiado ocupado hablando y no escuchando y como resultado, te alejas más y más?

Necesitas cambiar intencionadamente tu enfoque de tus necesidades a sus necesidades. La resolución de conflictos inicia con la forma de ver la situación. La palabra “velar” en Filipenses 2:4 es la palabra griega “scopos” como en “microscopio” y “Telescopio”. “Scopos” significa enfocar. El siguiente versículo dice que tu actitud debe ser la misma que la de Jesucristo. Eres más como Jesús cuando estás enfocado en las necesidades de los demás que en las tuyas propias.

Hay un viejo proverbio chino que dice: “Busca tratar de entender antes de ser entendido”. Cuando estás enfocado en las necesidades de la otra persona y no en las tuyas, serás capaz de obtener una mejor comprensión de la situación y avanzarás en la resolución de su conflicto.

Reflexiona sobre esto:  

• ¿Qué ejemplo dio Jesús para que nosotros velemos por los intereses de los demás?
• ¿De qué maneras prácticas puedes mostrar preocupación por las necesidades de los demás?
• ¿Cómo necesitas prepararte antes de entrar en la resolución de conflictos de manera que estés dispuesto a escuchar y a enfocarte en la otra persona?

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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.