Obedece a Dios usando tu Cerebro
por Rick Warren — Febrero 2, 2025
El devocional de hoy es por Tom Holladay, pastor de enseñanza en la iglesia Saddleback.
Mucha gente piensa que vivir una vida obediente de fe significa poner tu mente en neutro y dejar que Dios te dirija donde quiera, como si fueras un robot. Eso no es cierto en absoluto.
La Biblia dice: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas y con toda tu mente” Lucas 10: 27a (NVI). Tienes que involucrar tu cerebro con Dios y vivir el tipo de vida que Él quiere que vivas.
Esto es lo que José hizo cuando obedeció el mandato de Dios de regresar a Israel. “Pero (José) al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Advertido por Dios en sueños, se retiró al distrito de Galilea, y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret” Mateo 2:22b-23a (NVI).
Nazaret es el lugar donde la Biblia profetizó que Jesús viviría, por lo que José estaba exactamente en el centro de la voluntad de Dios. Y llegó allí analizando la situación: la política, el hijo de Herodes como gobernante. Se dio cuenta de que no era un lugar seguro para estar y usó su discernimiento, en comunión con Dios, para tomar la decisión correcta.
Entonces, ¿de dónde deberíamos recibir el mandato de Dios para nuestras vidas? Tal vez no tengamos ángeles que se nos aparezcan para guiarnos, pero sí contamos con cientos y cientos de páginas de la Palabra de Dios. Para vivir una vida de obediencia, necesitamos conocer lo que Dios nos ha dicho.
Jesús habló de esto en Mateo 7:24: “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca” (LBLA).
Tenemos la Palabra de Dios para ayudarnos a vivir una relación con Él. No es un libro seco de instrucciones; es la carta de amor de Dios para nosotros, una carta de un Padre llena de enseñanzas que nos muestra cómo vivir el tipo de vida que Él quiere darnos.
Al leer la Palabra de Dios, te animo a orar el Salmo 119:34: “Dame entendimiento para guardar tu enseñanza; ¡quiero obedecerla de todo corazón!” (DHH).
Reflexiona sobre esto:
- ¿Por qué crees que Dios quiere que involucres tu cerebro cuando le obedeces?
- ¿Qué necesitas hacer para crear espacio en tu vida para estudiar la Palabra de Dios?
- ¿Cómo revela tu vida que deseas la sabiduría de Dios?