Manejando El Estrés Como Jesús: Conoce Tu Llamado

 

“Les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido”. Efesios 4:1 (NVI)

Tú tienes un llamado. Todos lo tenemos.

Dios no solo llama a pastores y misioneros. El mensaje sobrecogedor de la escritura es que Dios llama a cada uno de nosotros a un propósito específico y misión.

Cuando no sabemos para lo que Dios nos ha llamado a hacer, causa estrés.

En estos devocionales, he estado compartiendo contigo siete principios de una vida libre de estrés a partir de la vida de Jesús. Los primeros dos fueron:

  1. Identificación: Saber quién eres.
  2. Motivación: Saber para la aprobación de quién estás viviendo

El tercer principio de una vida libre de estrés a partir de la vida de Jesús es este: El principio de la Vocación. Tienes que conocer tu llamado.

La vocación viene de la palabra latina para voz y significa lo que Dios nos ha llamado a hacer.

Y debes definir tu vocación si quieres eliminar tu estrés.

Jesús conocía su llamado. Él dijo en Juan 8:14, “… porque sé de dónde he venido y a dónde voy…” (NVI).

Jesús entendió su único propósito –y él vivió por ello.

Tu vida es dirigida por algo. Todas nuestras vidas son dirigidas por algo. Algunas veces son dirigidas por el arrepentimiento o el enojo. Algunas veces son dirigidas por la vergüenza. Algunas veces son dirigidas por el dinero o el sexo.

Dios quiere que tu llamado dirija tu vida. ¿Cómo sabes para lo que has sido llamado a hacer? Por años, he compartido un acrónimo que ha ayudado a muchas, muchas personas. Animo a las personas a pensar y orar a través de su FORMA específica. Eso significa que consideres:

  • Formación Espiritual
  • Oportunidades del corazón
  • Recursos
  • Mi personalidad y
  • Antecedentes

Dios no te dio un llamado para que te sientas miserable. Él te llamó a hacer algo que disfrutas y algo para lo que eres bueno.

Pablo escribió en Efesios 4:1 “Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido” (NVI).

Te animo a preguntarte cada día: ¿Estoy haciendo aquello para lo que fui llamado?

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Sientes como si estuvieras persiguiendo tu llamado activamente? ¿Por qué o por qué no?
  • ¿Qué tipos de estrés has experimentado relacionados con tu llamado?
  • ¿Cómo puedes ser mentor de otros para ayudarlos a perseguir su llamado?

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