Libérate de la Falta de Perdón
por Rick Warren — Abril 6, 2023
Dios pondrá oportunidades frente a ti, puertas que solo tú puedes abrir. Pero no puedes atravesarlas si albergas falta de perdón. La falta de perdón es una prisión.
Permíteme compartir contigo una historia que ilustra vívidamente esto.
En la víspera de Navidad de 1979, cuando Danny Duchene era un adolescente, se enteró de que sus padres habían sido arrestados y encarcelados en México por contrabando de cocaína. La noticia lo llenó de miedo e ira. Condujo hasta un estacionamiento vacío y se drogó en su automóvil. Al darse cuenta de que las drogas le brindaban un alivio temporal al dolor, empezó a hacerlo todos los días.
A medida que crecía su adicción, también lo hacían su ira y su ansiedad, lo que lo llevó a tomar decisiones cada vez más arriesgadas hasta que un día participó en un crimen en el que fue responsable de la muerte de dos hombres.
Danny no sabía que la prisión se convertiría en un lugar de rescate. Antes de recibir una cadena perpetua doble, Danny entregó su vida a Jesús. Eventualmente, a través del programa “Celebrando la Recuperación”, Danny aprendió a pedir perdón y aceptar el perdón, de sí mismo y de sus padres.
En la víspera de Navidad del 2014, 35 años después de que encarcelaran a sus padres en México, Danny salió de prisión y se convirtió en pastor de la Iglesia Saddleback. Hoy, más de tres décadas después de que le dijeran que pasaría el resto de su vida en prisión, está ayudando a los prisioneros de todo el país a encontrar esperanza y sanidad a través de Jesucristo.
Antes de poder atravesar la puerta de la oportunidad, Danny tuvo que salir de la prisión de la amargura.
La Biblia nos dice: “Hay quienes mueren en la flor de la vida, rebosantes de salud y de paz… Otros mueren con el ánimo amargado, sin haber disfrutado de lo bueno” Job 21:23, 25 (NVI).
Tienes una opción. Puedes aferrarte a la falta de perdón y la amargura, o puedes experimentar la vida que Dios te está llamando a vivir.
No puedes tener ambos.
Puedes pensar que la persona que te lastimó no merece tu perdón. Tienes razón, pero tú tampoco mereces el perdón.
Efesios 4:32 dice: “Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (NVI).
El perdón no es fácil. Pero es la única forma de entrar en la vida que Dios quiere para ti.
Reflexiona Sobre Esto:
- ¿Cómo se ha visto afectada tu vida por la amargura o la falta de perdón?
- ¿Cuándo te resulta más difícil perdonar a los demás?
- ¿A qué persona necesitas perdonar en este momento? ¿Qué te impide hacerlo? ¿Qué paso puedes dar hacia el perdón esta semana?