“Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Mateo 28:18-19 (NTV)
Una cosa queda muy clara en las Escrituras: Dios quiere que le cuentes a las personas las Buenas Nuevas de salvación a través de Jesucristo. De hecho, algunas de las primeras y últimas palabras registradas de Jesús fueron acerca de compartir la esperanza que tienes en Él.
En Mateo 4:19, al comienzo de su ministerio, Jesús reunió a un grupo pequeño de pescadores y carpinteros, gente común y corriente, y les dijo: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!” (NTV). Estas fueron algunas de las primeras palabras que Jesús dijo a sus seguidores.
¿Ves la lógica de Jesús en ese versículo? Si no estás pescando personas, entonces realmente no lo estás siguiendo. La prueba de que realmente eres parte de la familia de Dios es que estás trayendo a otras personas a la familia.
Más adelante en el libro de Mateo, Jesús volvió a hablar acerca de compartir tu esperanza. Este pasaje se llama la Gran Comisión. “Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” Mateo 28:18-19 (NTV). Estas fueron algunas de las últimas palabras de Jesús antes de regresar al cielo.
¿Por qué Jesús tiene “toda autoridad en el cielo y en la tierra”? Porque Él creó el universo, por lo que se le ha dado toda autoridad sobre él. Jesús te autoriza a ir a hacer discípulos. ¡Esto significa que eres un agente de Dios!
¿Alguien va a estar en el cielo gracias a ti? ¿Alguna vez has llevado a alguien a la fe en Cristo? Sigue las primeras y últimas palabras de Jesús, y un día las personas te dirán en el cielo: “¡Gracias! Estoy en el cielo hoy gracias a ti”.
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