Las metas que provienen de Dios se establecen por medio de la fe. La Biblia dice, “Sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6a (NVI). Así que, para agradar a Dios, debes establecer metas que requieran fe.

¿Qué quiere decir esto? Eso quiere decir que debes establecer metas que sean más grandes que las que tú mismo puedas alcanzar.

De hecho, yo quiero que establezcas una meta de salud para este año. Como ya he dicho, si no tienes una meta de salud, tu meta es quedarte igual o empeorar. Para moverte adelante y estar más saludable, debes establecer una meta de salud.

Digamos que necesitas perder peso. Si dices, “Mi meta es perder una libra”, bueno, tú sabes que puedes hacer mejor que eso. Establece una meta basado en lo que Dios te dice que hagas, y no tengo ninguna duda de que eso será una meta que requerirá que permanezcas dependiendo de Jesús.

No le has creído a Dios hasta que intentes realizar algo que no puede ser logrado sin Su poder trabajando en tu vida.

Reflexiona sobre esto:

• ¿Cómo has visto a Dios trabajar en tu vida para ayudarte a cumplir tus metas?
• ¿De qué forma tus metas revelan cuánta fe tú tienes en Dios?
• ¿Qué te está diciendo Dios que hagas, que llegaste a pensar que era demasiado grande para ti?

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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más?
Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo,
haz esta oración.