Las Amistades Auténticas suceden en la Luz

 

“Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad;” (1 Juan 1:7-8 NTV).

La comunión auténtica no es superficial, a nivel de superficie. Es un intercambio genuino, de corazón a corazón, a veces muy bueno.

Sucede cuando las personas se vuelven honestas acerca de quiénes son y de lo que está sucediendo en sus vidas. Comparten sus heridas, revelan sus sentimientos, confiesan sus fracasos, revelan sus dudas, admiten sus temores, reconocen sus debilidades y piden ayuda y oración.

La autenticidad es exactamente lo opuesto a lo que se encuentra en muchas iglesias. En lugar de una atmósfera de honestidad y humildad, hay simulacros, juegos de roles, politiquería y cortesía superficial, y conversaciones superficiales.

Las personas usan máscaras, mantienen a sus guardias arriba y actúan como si todo estuviera bien en sus vidas. Estas actitudes son la muerte de la amistad real.

Es solo cuando nos abrimos a nuestras vidas que experimentamos una comunión auténtica. La Biblia dice: “Si vivimos en la luz, como Dios está en la luz, podemos compartir la comunión entre nosotros. . . Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos” (1 Juan 1:7-8 NCV).

El mundo piensa que la intimidad ocurre en la oscuridad, pero Dios dice que sucede en la luz. Tendemos a usar la oscuridad para ocultar nuestras heridas, fallas, temores, fallas y fallas. Pero a la luz, los sacamos a la luz y admitimos quiénes somos realmente.

Por supuesto, ser auténtico requiere coraje y humildad. Significa enfrentar nuestro miedo a la exposición, el rechazo y ser herido nuevamente.

¿Por qué alguien tomaría tal riesgo?

Porque es la única manera de crecer espiritualmente y ser emocionalmente saludable. La Biblia dice: “Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos” (Santiago 5:16 NTV).

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cuál de estas cosas es más difícil para ti hacer con un amigo: compartir heridas, revelar sentimientos, confesar fallas, revelar dudas, admitir temores, reconocer debilidades, pedir ayuda y orar? ¿Por qué crees que esto es así?
  • Piensa en un momento en que pudiste confesar tu debilidad a un amigo. ¿Cuál fue el efecto en tu vida?
  • ¿Cómo puedes ponerte a disposición de tus amigos esta semana para que puedan estar abiertos y ser vulnerables contigo

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