“¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más?” (Mateo 6:27 TLA).
No es un secreto que hoy nos preocupamos mucho. Nos preocupamos por el dinero. Nos preocupamos por las relaciones. Nos preocupamos por nuestros hijos, nuestra casa y nuestras mascotas.
Nos preocupamos por casi todo.
Pero la preocupación no es nueva. Jesús pensó que la preocupación era un tema tan importante que pasó una sección importante de su sermón más famoso, el Sermón del Monte, hablando sobre la preocupación.
De hecho, en ese Sermón del Monte, Jesús nos da las cuatro razones por las que nunca debemos preocuparnos por nada.
Primero, la preocupación es irrazonable.
La preocupación no tiene sentido. En Mateo 6:25, Jesús dice esto: “No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan.” (TLA).
La preocupación exagera el problema. Los problemas no se encogen cuando piensas en ellos. Ellos crecen.
Segundo, la preocupación es antinatural.
Somos la única creación en todo el universo que se preocupa. Las vacas no se preocupan. Los gatos no se preocupan. Los perros no se preocupan. Sólo los humanos lo hacen. No nacimos preocupados. Aprendimos cómo hacerlo.
Jesús dice en Mateo 6:26: “Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos!” (TLA). Las aves no hacen nada excepto cosas de aves. Ellos tuitean. Ellos vuelan alrededor Pero no siembran ni cosechan. Sin embargo, Dios todavía los alimenta.
Si Dios alimenta a las aves, él te alimentará a ti. ¿Por qué preocuparse?
En tercer lugar, la preocupación es inútil.
Jesús dice: “¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más?” (Mateo 6:27 TLA).
La preocupación no puede hacerte un centímetro más alto. La preocupación no puede hacerte un centímetro más bajo. La preocupación no puede quitarme 10 centímetros de mis desperdicios. La preocupación no puede alargar tu vida (aunque puede acortarla). La preocupación no puede cambiar el pasado y la preocupación no puede controlar el futuro. Sólo arruinará el presente.
Lo único que cambia la preocupación eres tú. Te hace miserable
Cuarto, la preocupación es innecesaria.
Jesús dice: “Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios!” (Mateo 6:30 TLA).
Dios satisfará tus necesidades. Él te creó. Él te salvó. Él puso su Espíritu en ti cuando depositaste tu confianza en Jesús. No necesitas preocuparte.
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