“Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo”. Gálatas 6:2 (NTV)
Si la sensibilidad a las necesidades de los demás comienza con los ojos, entonces la compasión por su dolor comienza con tus oídos. ¡Tienes que aprender a escuchar! Entre mejor oyente seas, más compasivo serás.
No basta con ver la necesidad de alguien. También debes sentir las emociones de esa persona. Debes simpatizar con el dolor. La Biblia dice en Lucas 10:33b que cuando el buen samaritano vio al hombre golpeado al lado del camino, “cuando vio al hombre, sintió compasión por él“ (NTV). En primer lugar, sus ojos se impactaron. Entonces sus oídos y su corazón se estremecieron, y él simpatizó con el hombre en necesidad.
A veces todo lo que se necesita para mostrar gentileza es sólo escuchar. De hecho, dar consejos puede ser contraproducente a la amabilidad. Joe Bayly escribió en su libro sobre el dolor, La vista desde un carro fúnebre, “Yo estaba sentado, desgarrado por el dolor, y alguien vino y me habló acerca de los tratos de Dios de porqué sucedió, de la esperanza más allá de la tumba. Hablaba constantemente. Dijo cosas que sabía eran ciertas. Pero yo estaba impasible, excepto para desear que se fuera. Y finalmente lo hizo. Entonces otro vino y se sentó a mi lado, y no habló en absoluto. No me hizo preguntas importantes. Se sentó a mi lado durante una hora o más, escuchó cuando hablaba, contestó brevemente, oró simplemente y se fue. Me conmoví. Yo estaba consolado. No me gustó verlo irse.
La simpatía incluye los oídos. Escuchar es una forma de gentileza.
La simpatía satisface dos de tus necesidades básicas: la necesidad de ser entendido y la necesidad de que tus sentimientos sean validados. Cuando estás herido, es reconfortante saber que no estás loco, que lo que sientes es normal, y que otras personas lo han sentido antes.
La Biblia dice: “Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo“ Gálatas 6:2 (NTV).
¿Cuál es la ley de Cristo? Se llama el Gran Mandamiento: “Ama a Dios con todo tu corazón, y ama a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Te gusta que la gente simpatice contigo cuando estás sufriendo emocional, física o espiritualmente? Por supuesto. La Biblia dice que hagas lo mismo con los demás.
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