Jesús vino a Ayudar a las Personas Heridas

 

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor.” (Lucas 4:18-19 NVI).

No puedes leer los evangelios sin ver cuánto le importaba a Jesús las personas heridas.

Sólo mira como predicaba. Él siempre comenzaba con una herida –pobreza, ceguera, quebrantamiento, aprisionamiento. Puedes decir mucho sobre una predicación por como él manejaba el dolor.

Jesús lo mencionaba constantemente. ¿Por qué? Porque él vino a compartir las buenas nuevas con personas heridas.

Cuando las personas se dirigían a Jesús, ellos siempre venían por una de tres razones: una necesidad, una herida o una pregunta. Jesús nunca los rechazó. Él nunca les dijo que deberían venir por razones más correctas doctrinalmente. Él solo satisfacía sus necesidades.

De hecho, él declare en su primer sermón, como él comenzó su ministerio público, que es la razón por la que vino a la tierra.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor” (Lucas 4:18-19 NVI).

Nota que la última línea de esa escritura: “a pregonar el año del favor del Señor”. Es fácil de olvidarse, pero es críticamente importante entender el corazón de Dios para las personas heridas.

Cuando Dios creó la nación de Israel, él estableció el “año del favor de Dios”, el cual también es llamado “El año del jubileo”.

Era un año donde cada deuda debería ser cancelada, cada prisionero debería ser libertado, cada esclavo debería ser libre, y toda la tierra que había sido comprada en los cincuenta años previos, debería ser devuelta a su propietario original.

Esto hizo enojar a Dios. En el libro de Jeremías, Dios le dijo a Israel que él enviaría a toda la nación en cautividad porque las personas no habían obedecido esto. Mientras estuvieron en cautividad, Isaías escribió las palabras mencionadas arriba que Jesús predicó en su primer sermón.

Así que Jesús lee las palabras de Isaías en la sinagoga de su ciudad natal, él estaba valientemente proclamando esto: “Yo soy el día del Jubileo, cuando todos los pecados y deudas son borrados”.

Jesús vino a ayudar a las personas heridas –ya sea en deuda, en ataduras de pecado, aprisionados o las tres.

Ese mismo pueblo roto de Dios vino a sanar hace dos mil años y están aquí todavía. Y Jesús quiere que los sirvamos.

Jesús dice, “Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes” (Juan 13:15 NTV).

¿Estás siguiente el ejemplo de Jesús al ayudar a personas lastimadas?

Reflexiona sobre esto:

  • El conocer la historia del año del Jubileo, ¿Cómo impacta tu entendimiento de Lucas 4:18-19?
  • ¿Qué crees que significa que Jesús predicó su primer sermón sobre su preocupación de las personas lastimadas?
  • ¿Cómo puedes ayudar a las personas heridas en tu vida?

Comparte Esperanza Diaria con tus amigos.