Habla con Dios Sobre tus Intereses

“El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen”. Salmo 103:13 (NTV)

Dios ama que le hables de cualquier cosa. Lo que sea que te interese, a Dios también le interesa. Quiere que hables con Él sobre tus intereses por tres razones.

Dios te ama. Existes porque Dios quiere amarte. ¡Es la razón por la que estás vivo! Cuando amas a alguien, estás interesado en lo que le interesa. Hay muchas cosas que me interesan porque mi esposa está interesada en ellos, porque yo la amo. Dios siente lo mismo por ti, pero mil veces más.

Dios te dio esos intereses. Todos esos pasatiempos y deportes y todas las cosas que te gusta hacer. Obtuviste esos deseos de tu Creador. Te conectó con ellos, lo que significa que en realidad sabe lo que te interesa más que tú. Él te ama y se deleita en verte disfrutar de las cosas que te hizo amar.

Dios disfruta hablar con sus hijos. Él es tu Padre. Los padres están interesados en lo que les interesa a sus hijos. ¿Alguna vez te aburres mientras oras? Si es así, es porque estás hablando de cosas de las que crees que deberías hablar, no de lo que realmente te interesa. Dios es un buen Padre y está interesado en lo que a ti te interesa.

La Biblia lo dice así: “El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen” Salmo 103:13 (NTV).

Si eres padre, ¿esperaste hasta que tus hijos pudieran hablar para empezar a amarlos? Por supuesto que no. Los amaban profundamente, incluso antes de que nacieran o dijeran una palabra. Ya sea que hables con Dios en oración o no, Él te ama profundamente, al igual que un padre ama a un hijo antes de que no pueda comunicarse.

Pero a medida que los niños comienzan a crecer, los padres desean tener una conversación con ellos. Quieres saber lo que están pensando y sintiendo y compartir sus cargas y alegrías. Quieres deleitarte con sus intereses y escuchar su perspectiva.

Ese es el tipo de relación que Dios quiere tener contigo. Él te ama, te comuniques con Él o no. Pero anhela el día en que crezcas y le hables sobre las cosas que son importantes para ti.

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Reflexiona sobre esto:

¿Sientes que puedes hablar con Dios en cualquier momento?
Si eres padre, ¿de qué formas quieres que tus hijos se comuniquen contigo? ¿Estás hablando con Dios de la misma manera?
¿Cuáles son las cosas que más te interesan? ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con Dios sobre ello?