“Cierta vez, cuando un hombre decidió irse de viaje. Llamó a sus empleados y les encargó su dinero. El hombre sabía muy bien lo que cada uno podía hacer. Por eso, a uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. Luego se fue de viaje”. Mateo 25:14-15 (TLA)
Jesús dice en Mateo 25:14-15, “cierta vez, cuando un hombre decidió irse de viaje. Llamó a sus empleados y les encargó su dinero. El hombre sabía muy bien lo que cada uno podía hacer. Por eso, a uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. Luego se fue de viaje” (TLA).
En esos días no había ningún banco, entonces cuando este hombre rico se fue a un viaje largo, el confió su propiedad a sus sirvientes. Cuando regresó, les pidió cuentas de su servicio; él quería saber que habían hecho con su dinero.
A esto se le llama mayordomía —está relacionado con la antigua palabra en español para “administrador”. La primera ley de la libertad financiera es la ley de la posesión: Todo lo que tienes pertenece a Dios. ¡Solo eres un administrador!
Somos llamados a ser mayordomos de nuestro tiempo. Somos llamados a ser mayordomos de nuestra influencia. Somos llamados a ser mayordomos de nuestra salud, nuestras relaciones y nuestras oportunidades. Dios te llama a ser mayordomo o administrador de todo lo que tienes.
Puedes decir, “¡espera un minuto! Yo trabajé por mi dinero, y ahora ¿me quieres decir que no es mío?” ¿De dónde crees que obtuviste tu cuerpo para trabajar por tu dinero? ¿De dónde crees que obtuviste la mente para trabajar por ello? ¿de dónde crees que obtuviste la energía para trabajar por ello? ¿De dónde crees que obtuviste inteligencia para trabajar por ello? Todo lo que tienes es un regalo de Dios. En realidad, no eres propietario de nada en la vida; todo es un préstamo.
Solo vas a usar el dinero de Dios mientras estés aquí en la tierra. Él te lo prestó por unas pocas décadas. Él se lo prestó a alguien antes de ti, y Él se lo va a prestar a alguien más cuando mueras. No lo posees; el Maestro es propietario de todo. Todo está administrado.
¿Sabes cuál es la señal de que olvidaste la ley de la posesión? Cuando crees que tu dinero es tuyo, te preocupas por eso. Sientes presión y estrés que no deberías tener.
La administración del dinero es una disciplina espiritual. Dios actualmente está observando como manejas tu dinero para ver qué riquezas espirituales Él te puede confiar en el cielo. Esto puede hacerte sentir presión, pero en realidad hay libertad en la ley de la posesión.
Cuando recuerdas que Dios es el dueño y tú eres el administrador, te preocuparás mucho menos y te enfocarás más en administrar bien el dinero de Dios.
Reflexiona sobre esto:
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada…
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