En un Tiempo de Pérdida, Libera tu Dolor
por Rick Warren — Noviembre 2, 2022
La Biblia dice que cuando pasas por una temporada de pérdida, la primer cosa que necesitas hacer es liberar tu dolor.
La tragedia siempre produce emociones fuertes –enojo, temor, depresión, preocupación y algunas veces culpa. Estos sentimientos pueden atemorizarnos, y a menudo no sabemos qué hacer con ellos. Cuando hemos experimentado una gran pérdida, estos enormes sentimientos crecen como una burbuja dentro de nosotros.
Si no lidiamos con ellos ahora, nos tomará mucho más tiempo recuperarnos.
Algunas personas nunca tratan directamente con el dolor en la vida. Ellos lo disfrazan. La reprimen. Pretenden que no está ahí. Ellos actúan como si no existiera. Y ese es el por qué ellos todavía están lidiando con el estrés emocional de pérdidas que ocurrieron hace 20 o 30 años atrás.
Hay un mito que dice que Dios quiere que camines con una sonrisa en tu rostro todo el tiempo diciendo: “¡Alabado sea el señor!” La Biblia no dice eso en ningún lugar.
De hecho, Jesús enseñó exactamente lo opuesto. En Mateo 5:4, Él dice, “Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados” (NTV). Está bien tener duelo. Cuando las personas mueren y son cristianas, sabemos que irán al cielo, así que no debemos tener duelo como el mundo. Nuestro duelo puede ser diferente. Tenemos luto porque los vamos a extrañar, pero también podemos estar en paz porque sabemos que ellos están con Dios.
¿Qué haces con tus sentimientos? No los reprimas o los encubras en lo profundo de tu ser. Libéralos —entrégaselos a Dios. Llora, “¡Dios estoy herido! ¡Estoy de luto! Este es un trago amargo”. Si quieres un buen ejemplo de esto lee los Salmos, donde muchas veces David sacaba sus penas y decía: “Dios, estoy en un tiempo difícil justo ahora. Estoy en realidad lastimado”. Ruégale a Dios, al igual que lo hizo David.
Salmo 62:8 dice: “confía en Dios en todo momento; dile lo que hay en tu corazón, porque él es nuestro refugio” (NTV). Si estás pasando por una pérdida justo ahora, por favor entiende que, si no liberas tu dolor, eventualmente saldrá. Los sentimientos que son acumulados se concentran, y eventualmente explotan en una situación mucho peor.
Libera tu dolor primero para que Dios pueda comenzar a sanar tu corazón.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cuáles son algunos conceptos equivocados en nuestra sociedad que evita que estemos cómodos con liberar nuestro dolor?
- ¿Con cuál dolor o pérdida en tu vida has luchado? ¿Cómo te ha afectado?
- ¿Cómo puede la iglesia herir o ayudar a alguien que está de luto? ¿Cómo puedes ayudar a tener transparencia en tu grupo pequeño o iglesia?
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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.