El Sueño de Dios es Para Tu Bien y Para Su Gloria
por Rick Warren — Marzo 13, 2024
El sueño de Dios para tu vida siempre será mucho más grande que tu sueño.
¿Cómo sé eso? Porque Dios lo promete: “Que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros” Efesios 3:20 (NTV).
Piensa en el sueño más grande para tu vida, y Dios lo colmará. ¡Él puede vencer tu sueño con uno que es más grande de lo que jamás podrías imaginar! Pero Él no te da tu sueño empujándote. De hecho, te atrae hacia él y obra en ti con gran dulzura y cuidado.
Dios no solo te da un gran sueño para tu vida. Después de que Él te da el sueño, luego organiza las circunstancias para que suceda.
Sucederán cosas en tu vida que te harán pensar: “No hay manera de que eso hubiera sucedido sin la ayuda de Dios”. Es imposible que hubieras conocido a esa persona en el momento justo, o que el dinero hubiera llegado justo cuando lo necesitabas, o que una oportunidad se abriera en el momento perfecto.
Cuando te pones en línea con la voluntad de Dios, no vas a fallar, porque Dios no respalda los fracasos. ¡El éxito es inevitable! No siempre será como tú crees, porque Dios sabe más, pero siempre será para tu bien y para la gloria de Dios.
Dios dice en Apocalipsis 3:8: “Yo sé todo lo que haces y te he abierto una puerta que nadie puede cerrar. Tienes poca fuerza; sin embargo, has obedecido mi palabra y no negaste mi nombre” (NTV). Cuando Dios te da un sueño, Él te proporciona las circunstancias que abren las puertas para que ese sueño se haga realidad.
Entonces solo necesitas el valor para atravesar esa puerta abierta. Ahí es donde entra la fe. Muchas personas entienden el sueño de Dios para sus vidas, pero tienen miedo de cruzar la puerta.
Cuando entregas tus planes y sueños a Dios para que Él pueda darte Sus planes y sueños para tu vida, debes estar preparado para atravesar una puerta cuando Él la abra. Así que elige prepararte hoy.
Seguir a Dios a través de esa puerta te llevará al mejor sueño que puedas imaginar para tu vida. ¡No te lo querrás perder!
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cuál es el mayor sueño que has soñado para tu vida?
- ¿De qué manera el Espíritu Santo ha estado obrando en tu vida para prepararte para el sueño de Dios para ti?
- ¿Cómo podrás identificar una puerta abierta por la que Dios quiere que pases?