“Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo”. 2 Corintios 1:4-5 (NTV)
Cuando estás pasando por un dolor, puedes elegir concentrarte en ti mismo o en otras personas. Cuando eliges concentrarte en servir a otras personas que sufren, eso se llama sufrimiento redentor. Es el mejor y más elevado uso de tu dolor.
No importa el dolor que hayas pasado, Jesús quiere redimir tu sufrimiento. ¡No quiere desperdiciarlo! Quiere usarlo para ayudar a otras personas cuando tienen dolor.
“Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo” 2 Corintios 1:4-5 (NTV).
¿Quién está mejor calificado para ayudar a un veterano con dificultades que alguien que ha sido un veterano con dificultades? ¿Quién está mejor calificado para ayudar a alguien que se recupera de una adicción a los medicamentos recetados que alguien que se ha recuperado de una adicción a los medicamentos recetados? ¿Quién podría ayudar mejor a alguien que sufre una enfermedad crónica que alguien que también ha sufrido de la misma manera?
Tu ministerio más grande saldrá de tu dolor más profundo. Si eres honesto con Dios, con los demás y contigo mismo acerca de cualquier lucha que hayas enfrentado, entonces esa lucha se convertirá en tu ministerio.
Compartir tus fortalezas no te hace sentir más cerca de alguien. Pero cuando compartas las experiencias que te han llevado a rendirte a Dios y a confiar en su fuerza, estarás conectado con los demás más profundamente de lo que puedes imaginar. ¿Por qué? Porque cuando tú, como persona quebrantada, compartes con otras personas quebrantadas cómo Dios te ha restaurado, no solo estás compartiendo algo que tienes en común. Compartes la esperanza de que otras personas también puedan experimentar la redención a través de Jesucristo.
Compartir tu dolor te ayuda a ti y a las personas que te rodean a crecer en Cristo. Usar tu dolor para servir a los demás es una forma de ministerio.
No desperdicies tu dolor. Deja que Dios lo use para tu mayor ministerio.
Reflexiona sobre esto
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo, haz esta oración.
“El Señor, Dios del cielo, quien me sacó de la casa de mi padre y…
A number of years ago I started using a little acrostic called SHAPE to talk…
“Sin fe es imposible agradar a Dios”. Hebreos 11:6a (NVI) Las metas que provienen de…
Human life reveals God’s purpose and shows God’s glory—so we must always protect the sanctity…
“Que se haga con ustedes conforme a su fe”. Mateo 9:29b (NVI) Cada vez que…
In the waiting room of life, you can choose to panic. That’s our natural response!…