El Mayor Privilegio de la Vida

“Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación”. 1 Pedro 1:3 (NTV)

Una iglesia no es un lugar al que vas, y no es un evento al que asistes. La iglesia es una familia espiritual a la que perteneces, y es lo más importante en la tierra.

¿Por qué es tan importante la iglesia? Porque es la familia de Dios. De hecho, el mayor privilegio de la vida es ser parte de la familia de Dios: poder decir: “Soy miembro de la familia de Dios. Soy un hijo de Dios”.

La Biblia dice: “Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación” 1 Pedro 1:3 (NTV).

Cuando naciste físicamente, inmediatamente te convertiste en parte de la raza humana. Esa no fue tu elección. Pero tienes una opción sobre tu familia espiritual. Cuando eliges aceptar a Jesús como tu Salvador, naces espiritualmente y te conviertes en un miembro de la propia familia de Dios.

Uno de los beneficios de nacer en la familia de Dios se encuentra en 1 Timoteo 3:15b: “Esta es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad” (NTV). Si vives en un área donde hay terremotos, sabes el valor de una buena base. De la misma manera, cuando tienes el apoyo de una familia de la iglesia, no te derrumbarás cuando sucedan los terremotos de la vida.

Eventualmente, todo en la tierra se derrumbará, excepto la iglesia. Ningún negocio, escuela, gobierno o nación durará para siempre. Solo la iglesia durará para siempre, porque Jesús la construyó y Él se enfocó en edificar a su familia.

Jesús dice en Mateo 16:18: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará” (NTV).

En un mundo lleno de incertidumbre, elige construir tu vida sobre el único fundamento que está garantizado para durar: el fundamento seguro de la familia de Dios.

Reflexiona sobre esto:

¿De qué manera la iglesia ha sido simplemente un lugar al que “vas” en lugar de un lugar al que “perteneces”?
¿Tienes tendencia a basar tu identidad en tu carrera, tus amigos, las cosas que posees, tu partido político, o cualquier otra cosa, en lugar de basarte en la verdad de que eres un hijo de Dios?
¿Cómo te motiva a compartir tu fe cuando sabes que todo en la tierra, excepto la iglesia, se derrumbará?

¿Te has unido a la familia de Dios?

Si estás listo para confiar en la promesa de salvación de Dios y unirte a su familia espiritual, entonces haz esta oración:

“Querido Jesús, me has prometido que, si creo en ti, todo lo que he hecho mal será perdonado, aprenderé el propósito de mi vida y algún día me aceptarás en tu hogar eterno en el cielo.

Confieso mi pecado y te recibo en mi vida como mi Señor y Salvador. Hoy, te entrego cada parte de mi vida. Quiero seguirte y hacer lo que me digas.

Jesús, estoy agradecido por tu amor y por tu sacrificio que hace posible que me una a ti en el cielo. Sé que no lo merezco. Y te agradezco que no tengo que ganarme la salvación ni trabajar para obtenerla, es un regalo que me ofreces con amor. Quiero usar el resto de mi vida para servirte en lugar de servirme a mí mismo. Humildemente te entrego mi vida y te pido que me salves y me aceptes en tu familia. En el nombre de Jesús oro. Amén”.