El Contentamiento es una Señal de la Madurez Espiritual

“Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento”. Eclesiastés 6:9 (NTV)

En lugar de lamentarnos, debemos estar agradecidos. En lugar de quejarnos, debemos recordar que todo es un regalo de Dios.

La Biblia dice en 1 Corintios 4:7-8, “Pues, ¿qué derecho tienen a juzgar así? ¿Qué tienen que Dios no les haya dado? Y si todo lo que tienen proviene de Dios, ¿por qué se jactan como si no fuera un regalo? Ustedes piensan que ya tienen todo lo que necesitan” (NTV).

La envidia siempre pregunta, “¿Por qué ellos?” “¿Por qué él tiene mejor salud?” “¿Por qué ella tiene un trabajo y un marido, y yo no tengo ninguno de los dos?”.

La gratitud dice, “¿Por qué yo?” “¿por qué tengo agua limpia para beber cuando tanta gente en mundo no tiene?” “¿Por qué no estoy bajo persecución? ¿Por qué no estoy en prisión por causa de mi fe?”.

La envidia se basa en el mito de que tienes que tener más para ser más feliz. No es verdad. La felicidad es una elección. Si no eres feliz ahora, no serás feliz con más. Puedo dar testimonio de personas que tienen mucho más que tú, y no les hace más felices. Eres tan feliz como decides serlo.

Eclesiastés 6:9 dice, “Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento” (NTV). Esto se llama contentamiento. Todos nosotros necesitamos aprender a tener contentamiento.

¿Por qué? Porque por naturaleza no eres una persona contenta. ¡Ninguno de nosotros lo es! No es natural estar contento. Es signo de madurez tener contentamiento. Los bebés no están contentos. A menos que todo esté a su manera, ellos no están satisfechos. La madurez es aprender a estar contento cuando las cosas no van a tu manera. Es mejor estar satisfecho con lo que tienes que siempre querer algo más.

Déjame aclarar: La envidia no es desear; desear es bueno. La envidia no es ambición; la ambición es buena; debes ser ambicioso y trabajar por buenas cosas en tu vida. La envidia no es soñar; fuiste creado para soñar. La envidia no es tener metas; debes tener metas en tu vida. Los sueños, las ambiciones, las metas y los deseos son cosas que Dios puso en ti.

La envidia es resentir que otras personas ya tengan algo y pensar que tú no puedes ser feliz hasta que tú también lo tengas. Ambas cosas son mentira. En vez de eso aprende a ser agradecido por quién eres y por lo que tienes. ¡Todo lo que tienes es un regalo de parte de Dios!

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Qué puedes hacer hoy para practicar la gratitud?
  • Cuando sientas la tentación de estar resentido con alguien por lo que esa persona tiene o es, ¿cómo puedes convertirlo en gratitud? ¿Qué deberías decirle a esa persona?
  • ¿Por qué crees que Dios hace de la felicidad una elección?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.
Más recursos en español y en otros idiomas incluyendo ASL — Lenguaje de Signos Americano RickWarren.org.
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