El Camino de Dios a la Bendición: Estudia Su Palabra

 

“Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la estudian día y noche. Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!”  (Salmo 1:2-3 TLA).

La Biblia es más que solo un libro que pones en tu librero. Es el camino a la bendición de Dios.

Una y otra vez en la palabra de Dios, se nos ha dicho que estudiarla y aplicarla nos condice a la bendición.

Por ejemplo, la Biblia dice, “Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la estudian día y noche. Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!” (Salmos 1:2-3TLA).

¿Qué significa meditar? Algunas personas creen que significa poner tu mente en blanco y contemplar la pelusa en tu ombligo mientras dices “Ommmm”.

¡Pero eso no es meditación!

La meditación es pensar seriamente sobre algo. Meditas en la palabra de Dios cuando lees un versículo, piensas sobre lo que significa, y te preguntas como puedes aplicarlo a tu vida.

Haciendo esto, Salmos 1:2-3 dice, es como un contar con raíces profundas en el suelo. Significa que no serás conmovido cuando lleguen los problemas.

Dios no te bendecirá si no estás estudiando y profundizando en la Biblia.

Quiero que no importa lo que hagas prosperes. Quiero que tu vida sea llena con significado y propósito. Pero para la bendición de Dios, la biblia dice que no solo debes leer la palabra de Dios sino estudiarla.

Quiero que cualquier cosa que hagas prospere en los años venideros. Pero Dios tiene una condición clara. Si quieres su bendición, debes estudiar su palabra.

Santiago 1:25 nos dice como: “Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla” (NVI).

Si quieres que Dios te bendiga, comprométete a ver cuidadosamente la Palabra, continuando a examinar la Escritura, recordando lo que has leído, y obedeciendo lo que te enseña a hacer.

No es complicado.

Pero eso cambiará tu vida.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cómo evalúas tu actual hábito de estudio bíblico?
  • ¿Cuál es la diferencia entre leer rápidamente la Biblia de forma regular e intencionalmente estudiarla?
  • ¿Qué puede evitar que tengas en mayor proporción en tu vida el estudio bíblico? ¿Qué puedes hacer para corregir eso?

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