Amar es una habilidad que puede aprender. En otras palabras, es algo en lo que te puedes volver bueno, y eso quiere decir que mejoras tu forma de amar practicando el amar.
Puedes pensar que tú eres un buen amante, pero Dios quiere que te conviertas en un gran amante, un amante habilidoso, un maestro en amar. Aun así, la mayoría de la gente nunca aprende como amar.
Tu puedes convertirte en un experto en relaciones. ¿No te gustaría ser reconocido como una persona con una extraordinaria capacidad de amar? Cuando las personas hablan sobre como amar a otros dicen “A él no le importa quién eres o cómo te ves” o “A ella no le importa donde estuviste, o lo que hiciste, o de dónde vienes”
La única manera en la que tú puedes volverte habilidoso en algo es practicándolo. Debes hacerlo una y otra vez. La primera vez que lo haces quizás se sienta extraño, pero a medida que lo repites, mejor te vuelves.
Lo mismo es verdad con amar (1 Juan 4:7) Practiquemos amarnos los unos a los otros. La Biblia dice. “Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a todos” (1 Timoteo 4:15 (LBLA).
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