“¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego! Envió a su ángel para rescatar a sus siervos que confiaron en él. Desafiaron el mandato del rey y estuvieron dispuestos a morir en lugar de servir o rendir culto a otro dios que no fuera su propio Dios”. Daniel 3:28 (NTV)

Cuando confías en Dios a pesar del sufrimiento, llamarás la atención de los incrédulos.

La manera en que afrontas el dolor es un gran testimonio para el mundo.

Francamente, tú y yo no somos un gran testigo cuando la vida es buena. Cualquiera puede servir a Dios durante esos tiempos.

Pero los tiempos difíciles son otra historia diferente.

¿Recuerdas la historia de los amigos de Daniel que fueron arrojados al fuego? Ellos confiaban en Dios y Él los rescató de manera milagrosa.

Estos hombres impresionaron al rey con su fe. Y el rey era el emperador más poderoso de esa época.

El rey dijo: “¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego! Envió a su ángel para rescatar a sus siervos que confiaron en él. Desafiaron el mandato del rey y estuvieron dispuestos a morir en lugar de servir o rendir culto a otro dios que no fuera su propio Dios” Daniel 3:28 (NTV).

El rey Nabucodonosor reconoció que estos hombres estaban dispuestos a desafiar su orden y arriesgarse a la muerte porque confiaban en Dios.

¿Por qué estás dispuesto a morir?

Si no sabes por qué estás dispuesto a morir, nunca vivirás realmente. Solo existirás.

¿Sabías que algunos árboles solo brotan después de un incendio forestal? Por ejemplo, el árbol de pino de Jack del Norte de América tiene las semillas pegadas tan fuerte en los conos, que no saldrán a menos que llegue un calor intenso que derrita la resina, para que la semilla caiga y luego germine.

Sin calor, no sucedería.

Lo mismo sucede con nosotros.

A veces Dios trae nueva vida a otros porque confían en Él a través del fuego.

Reflexiona sobre esto:

• ¿Cómo te has acercado a Dios al ver la respuesta de otras personas en medio de los tiempos de sufrimiento?
• ¿Cuáles son algunas de las cosas por las que estarías dispuesto a morir?
• ¿Por qué somos mejores testigos en tiempos difíciles que en los buenos tiempos?