Dios te está usando para transformar vidas

Gracias a amigos generosos como tú, Esperanza Diaria está compartiendo las Buenas Nuevas de Jesús con personas de todo el mundo, ¡en muchos idiomas diferentes! De hecho, los devocionales de Esperanza Diaria fueron traducidos recientemente al Itaŋikom, el idioma del pueblo de Kom. Son un pequeño grupo agrario que vive en una remota región montañosa de Camerún, cerca de la frontera con Nigeria.

Se trata de una zona con pocos recursos cristianos, por lo que utilizan los devocionarios traducidos para enseñar a su gente sobre Jesús en sus iglesias en casa. Y eso a veces significa llevar los devocionales a pie a los pueblos cercanos. Incluso comparten los mensajes de Esperanza Diaria en bodas, funerales y conferencias.

¡Recientemente supimos que 40 personas de Kom, entregaron sus vidas a Cristo después de escuchar las enseñanzas del Pastor Rick! Esos son 40 nuevos hermanos y hermanas en Cristo que algún día conoceremos en el Cielo. ¡Y tú eres parte de su historia!

Contando las traducciones de Kom, ¡los devocionales Esperanza Diaria están ahora disponibles en 26 idiomas! Cada día Dios utiliza tu generosa colaboración para hacer crecer Su familia. No podríamos ofrecer estas traducciones sin tu apoyo. Muchas gracias.

Este inspirador testimonio fue compartido recientemente por un pastor de Kom:

Ngam, de 72 años y padre de seis hijos, desheredó a su hijo, de 21, porque le robó un cerdo y se lo vendió a un comerciante local de cerdos. Durante varios días el hijo mintió sobre el robo del cerdo, pero más tarde admitió el robo. Sin embargo, su padre se negó a perdonarle y le dijo que nunca viviría con él en la misma casa a menos que le devolviera el cerdo robado. Pero después de escuchar el Día 2 de la enseñanza de Esperanza Diaria de Rick Warren en Itaŋikom que dice,

El padre del hijo pródigo es como tu padre celestial. No importa lo que hayas hecho, cuando vuelves a casa con Dios, él te envuelve en su amor. Te da lo mejor de sí y te dice: “¡Todo está perdonado! Mi hijo ha vuelto a mí”.

Ngam se dio cuenta de que necesitaba perdonar a su hijo y también necesitaba el perdón de Dios para su propio corazón que no perdonaba.


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