Dios Sacude Nuestras Vidas Para Hacernos Libres
por Rick Warren — Abril 4, 2023
A veces necesitamos que Dios sacuda nuestras vidas.
Es particularmente cierto cuando nos encontramos encerrados en prisiones que nosotros mismos creamos, como un hábito del que no podemos escapar o una relación sin salida que nos impide lo mejor de Dios o un miedo que nos impide dar un paso importante en la vida.
Si ahí es donde te encuentras hoy, es posible que no estés detrás de las rejas físicas, pero bien podrías estarlo. Dios siempre quiere que vivas en libertad, entonces Dios envía un terremoto.
Dios hizo esto por el apóstol Pablo. En Hechos 16, Pablo estaba en una prisión física real. Y necesitaba un milagro para salir de eso, así que eso es lo que Dios le dio.
La Biblia dice: “De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas” Hechos 16:26 (NVI). Cuando se derrumbaron los muros, Pablo salió de la prisión.
A veces Dios también debe sacudir tus cimientos para hacerte libre. Perderás un trabajo. Una relación preciada terminará. Llegará una crisis de salud. Ahí es cuando comienzas a reflexionar lo que crees sobre ti mismo, sobre los demás y sobre Dios.
Tal vez estés en medio de una de estas situaciones en este momento. Estás tentado a pensar que Dios te ha olvidado o que está molesto contigo.
Nada más lejos de la verdad. A veces Dios envía un terremoto a tu vida porque te ama, no porque esté enojado contigo.
Dios usa los terremotos para sacudirnos y luego para liberarnos.
Así que intenta esto: en lugar de dejar que un terremoto en tu vida cree una distancia entre tu y Dios, deja que comience un tiempo de reflexión.
Pregúntale a Dios: “¿De qué prisión me puede liberar este terremoto?”
Y luego mira cómo se derrumban los muros.
Si estás cansado de estar en prisión y quieres atravesar la puerta de la libertad, puedes hacer una simple oración de fe hoy. Solo di: “Señor, te traigo las cosas que me han aprisionado, cosas de las que me he avergonzado, remordimientos, resentimientos y preocupaciones. Ya no quiero vivir de esa manera. Quiero vivir una vida de libertad. Hoy quiero pasar por la puerta de la libertad: tu Hijo, Jesucristo. Por mucho que sepa, quiero seguirte. Te pido que vengas a mi vida y me llenes de tu amor y de tu Espíritu. Saca todo el miedo. Saca todo el dolor. Lléname con un nuevo sentido de esperanza. Ya no quiero vivir en prisión. Quiero atravesar las puertas de la oportunidad que has planeado para mí. Te pido hoy que me salves y que me aceptes en tu familia. Te pido esto en tu nombre. Amén”.
Si acabas de orar para aceptar a Jesús, envíame un correo electrónico a [email protected] y házmelo saber. Me gustaría enviarte algunos materiales gratuitos para ayudarte a comenzar tu viaje con Jesús.
Reflexiona Sobre Esto:
- ¿Cómo has visto a Dios usar los problemas para ayudar a las personas a encontrar la libertad?
- A veces, cuando estamos en medio de momentos difíciles, es difícil ver la mano de Dios. Cuando eso suceda, ¿qué puedes hacer para recordarte que Dios todavía está obrando?
- ¿Qué problemas estás enfrentando que podrían ser la obra de Dios para liberarte de algo?