Seamos sinceros. Tú y yo hacemos cosas torpes todo el tiempo. Cometemos errores.
Pero nada está más allá de la capacidad de Dios para darle buen uso. Podremos cometer errores, pero Dios no.
La Biblia nos dice esto en Romanos 8:28; “Sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos” (NTV).
Cuando cometes un error, Dios dice, “Yo también puedo arreglar eso. Yo puedo usarlo para bien”.
Pero, quiero ser claro. Esta no es una promesa para todos. El versículo no dice que Dios hará que todo sea para bien para aquellos que viven en rebelión contra Dios o para aquellos que no están viviendo para los propósitos de Dios.
La promesa es para las personas que vienen a Dios y dicen, “Yo quiero vivir para tu propósito. Yo no siempre hago lo correcto. Pero yo quiero hacer las cosas correctas. Yo quiero seguirte, y quiero confiar en ti”. Has eso, y Dios hará que todo tenga un resultado para bien.
Esa es una razón para regocijarnos.
Cuando pones tu vida en sus manos, no significa que nunca te volverás a equivocar. Todavía haces malas decisiones. Todavía lo echas a perder. Pero Dios puede usarlo todo en sus planes.
No hay un plan B para tu vida. Dios sabía todos los errores que harías antes de que nacieras. Él también sabía que podía adecuarlo a sus planes.
Eso significa que puedes relajarte. Puedes dejar de estar ansioso. La ansiedad es lo que más acaba con el gozo. En vez de eso, siéntate y relájate. Has lo mejor con lo que Dios te ha dado. Dios trabajará todo en sus planes.
¡Que bueno que es!
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