En su dolor y desesperación, Job hizo muchas preguntas lógicas: “¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre? Por qué le da vida al que está lleno de amargura” (Job 3:20 DHH).

Esta pregunta de “Por qué” es parte de la naturaleza humana, y todos la hacemos. Tenemos la mala idea de que, si entendemos la razón de nuestro dolor, entonces se hará más fácil.

No necesitas una explicación; necesitas fortaleza. Tu no necesitas una explicación; necesitas un Salvador. Tu no necesitas una explicación; necesitas consuelo y apoyo.

¡Pero siempre buscamos una explicación! Hacemos preguntas como, “¿Por qué esa persona se fue de mi vida? ¿Por qué me hizo una promesa y luego la rompió? ¿Por qué me lastimó él? ¿Por qué perdí mi trabajo? ¿Por qué murió ella? ¿Por qué me enfermo?”.

Amigos, He estado estudiando la pregunta del “Por qué” por años, y te voy a dar mi respuesta más educada: No lo sé. Y nunca lo voy a saber, porque yo no soy Dios. ¡Y tampoco tú! Algunas cosas nunca las vamos a entender hasta que crucemos el umbral de la muerte. Entonces todo estará muy, muy claro. Solo Dios las conoce. Y si no obtienes su respuesta de forma inmediata, tal vez también dejes de preguntar “Por qué”, porque simplemente estás prolongando el dolor.

Proverbios 25:2a dice: “Es privilegio de Dios ocultar un asunto” (NTV). Dios es un Dios de revelación. Él se revela a través de la naturaleza, circunstancias y la escritura. La única razón por la que conoces algo acerca de Dios es porque él ha decidido mostrarse.

Pero la Biblia dice que Dios no solo ser muestra; Dios también concede. Y algunas veces Dios intencionalmente oculta su rostro de nosotros. ¿Por qué? Bueno, para aprender a confiar en él y a vivir por fe en lugar de vivir por nuestros sentimientos.

Dios no te debe una explicación de nada. Dios no tiene que verificar contigo antes de hacer algo. Dios no tienen que obtener tu permiso antes de permitir que sucedan cosas en la vida. Dios es Dios, y nosotros no siempre vamos a entender por qué algunas cosas pasan.

La Biblia dice, “Ahora sólo en parte conocemos y profetizamos… Sucede lo mismo con nosotros. Ahora vemos todo como el reflejo tenue de un espejo oscuro, pero cuando llegue lo perfecto, nos veremos con Dios cara a cara. Ahora mi conocimiento es parcial, pero luego mi conocimiento será completo. Conoceré a Dios tal como él me conoce a mí.” (1 Corintios 13:9, 12 PDT).

Un día todo estará claro. Todo tendrá sentido. Tú serás capaz de decir: “Así que, ¡por eso Dios permitió eso en mi vida!” Hasta entonces, Dios quiere que confíes en él.