“¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.” (Romanos 8:33-34 NVI).
La Biblia dice que Dios te acepta completamente y te ama incondicionalmente, y a medida que entiendes esa verdad, cambiará tu vida. Nunca más volverás a ser el mismo.
Una de las primeras cosas que cambiará es el sentimiento de vergüenza que puedes tener. Ya no tienes que cargarlo más cuando sepas la verdad sobre el amor incondicional de Dios.
Algunas personas pasan por la vida evitando a Dios porque se sienten avergonzadas y culpables. Piensan: “Dios es un Dios perfecto, y yo soy muy imperfecto. ¿Por qué querría pasar el rato con un Dios perfecto que simplemente me va a recordar todas las formas en que he fallado? ”
Pero ese no es quién es Dios.
La Biblia dice, “Fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros” (Romanos 5:1 NTV).
Es posible que hayas pasado toda tu vida tratando de obtener la aprobación de otras personas. Ha influido en cómo te vistes, cómo hablas y cómo haces muchas de las cosas que haces. Pero cuando entiendas que Dios te ama incondicionalmente, te das cuenta de esto: no necesitas la aprobación de nadie más que la de Dios.
Cuando sepas que Dios te ama y que estás perdonado, puedes librarte de la vergüenza y la culpa porque “ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús” (Romanos 8:1 NTV).
Alégrate hoy porque puedes descansar en el amor perfecto de tu Padre.
Reflexiona sobre esto:
“No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien”.…
When you feel overwhelmed, it's important to go to God in prayer and confess your…
“Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el nombre del Hijo de…
Life includes times when you feel like you’re in an impossible situation, when you feel…
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo…
Sometimes it seems the odds are against you. I once read the story of a…