Existe un mito que dice que debo limpiar mis actos antes de venir a Dios. Hay algunas cosas que necesito arreglar primeramente en mi vida, entonces vendré a Dios.”

Es como lavarte los dientes antes de ir al dentista a una limpieza dental, o lavar los platos antes de ponerlos en el lavavajillas, u ¡ordenar tu casa antes de que llegue la señora de la limpieza de la casa! ¿Por qué haríamos esto? 

La verdad es que Dios no espera que limpiemos nuestras acciones antes de acercarnos a Él – la muerte y la resurrección de Jesús son declaración de ello. Jesús abre sus brazos y dice, “Te amo mucho. Ahora, solamente ven tal cómo estás.”

En Salmo 57:3, la Biblia dice, “Él enviará desde el cielo su amor y su verdad, y me salvará…”  (DHH). Eso es lo que Jesús hizo en la Pascua. Y por eso podemos traer nuestros problemas y fracasos ante Dios.  

Seguramente conoces gente que piensa que Dios nunca los amará por tanto desastre que han hecho en sus vidas. Pero también sabes que Dios quiere que ellos vengan como están.

Ayúdalos a escuchar las buenas noticias sobre Jesús. Invítalos a ir a la iglesia contigo esta Pascua. Es algo tan simple de hacer, pero podrás hacer una diferencia que dure para la eternidad.

Reflexiona sobre esto: