El Cielo Cambia Todo Sobre Cómo Vivimos Hoy

El cielo cambia todo sobre cómo vivimos hoy. Si te estás dirigiendo al cielo (y después del devocional de ayer, espero que lo estés), entonces esa realidad debería impactar en cómo vives ahora en la tierra.

Tu sistema de valores cambia. En lugar de vivir por el aquí y el ahora, vives para la eternidad. También puedes vivir sabiendo que tu futuro está asegurado. No importa lo que pase en la tierra, pasarás una eternidad con Dios en un lugar más increíble que cualquier otro que hayas visto en esta vida.

Entonces, ¿cómo deberías vivir tu vida sabiendo que tu destino final es el cielo?

1. No te distraigas con la tentación.“Estimados hermanos, ustedes son como exiliados y refugiados en esta sociedad. Por eso les ruego que luchen para no complacer aquellos deseos humanos que van en contra de su nueva vida” (1 Pedro 2:11 PDT). Puedes distraerte con miles de cosas – tanto buenas como malas. Mantente enfocado en lo que tiene significancia eterna. Posterga la gratificación. Nuestra sociedad trata de llevarte a hacer exactamente lo contrario. Mantente enfocado en lo que está por delante.
2. No te desalientes por las dificultades “Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre” (2 Corintios 4:18 NTV). Cuando vives a la luz de la eternidad, las dificultades ya no te molestan tanto. Sabes que los problemas no duran para siempre, así que no te das por vencido.
3. Enfocas tu energía en lo que permanece. “Concéntrense en las cosas celestiales y no en las terrenales” (Colosenses 3:2 PDT). Realiza el propósito de Dios para tu vida. Vive una vida de adoración. Edifica Relaciones con el pueblo de Dios. Invierte tu tiempo en transformarte más como Jesús a través del discipulado. Sirve a otros con entrega. Habla a las personas sobre Jesús. Esas actividades duran para siempre.

Fuiste creado para el Cielo. Si has hecho de Jesús el Señor de tu vida, pasarás la eternidad allí. Deja que esta idea se profundice por un momento.

Luego deja que cambie tu vida.

Reflexiona sobre esto: