De qué Están Hechos los Grandes Sueños

“Tu ojo es como una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo está lleno de oscuridad. Y si la luz que crees tener en realidad es oscuridad, ¡qué densa es esa oscuridad!”. Mateo 6:22-23 (NTV)

Das forma a tus sueños, y luego tus sueños te dan forma a ti. Si no tienes un sueño para tu vida, entonces no tienes definida tu vida.

Muchas personas hoy en día están confundidas acerca de su identidad. De hecho, nuestra sociedad está teniendo una crisis de identidad colectiva. La gente pregunta: “¿Quién soy yo?” “¿De dónde vengo?” “¿A dónde voy?” “¿Qué se supone que debo estar haciendo?” “¿Importa mi vida?” “¿Qué le da significado a mi vida?” “¿Hay alguna razón para todo esto?” Esas preguntas dan forma a tus sueños, y esos sueños solo alimentan la confusión de identidad.

La única manera de tener una definición clara para tu vida es tener el sueño de Dios para tu vida. Si no lo haces, no sabrás quién eres ni quién quiere Dios que seas. Siempre te estarás haciendo estas preguntas. Dudarás de lo que estás haciendo y por qué lo estás haciendo; te preguntarás si lo que haces tiene algún sentido.

Tus sueños te definen, ¡así que debes asegurarte de tener el sueño correcto! Y la única manera de saber que tienes el sueño correcto es averiguar cuál es el sueño de Dios para tu vida.

Jesús dijo: “Tu ojo es como una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo está lleno de oscuridad. Y si la luz que crees tener en realidad es oscuridad, ¡qué densa es esa oscuridad!” Mateo 6:22-23 (NTV).

Cuando tienes una gran visión, ves más allá de lo que tienes delante, a largo plazo, incluso hasta la eternidad. Un gran sueño nace de una perspectiva eterna y de la fe en el buen plan de Dios para tu vida. Una visión corta definirá un sueño pequeño. Pero una visión amplia definirá un sueño impactante y significativo.

Elige tu sueño sabiamente. Un sueño basado en la visión de Dios para tu vida marcará la diferencia en lo bien que vivas tu propósito. Y también dirigirá a otros hacia Dios y Su plan, el único camino para encontrar la plenitud de la vida.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cómo puedes confirmar que un sueño es de Dios y no de tu propia creación?
  • ¿Cuál es la diferencia entre una meta y un sueño?
  • ¿De qué manera tu propósito debe dar forma a tus sueños?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.
Más recursos en español y en otros idiomas incluyendo ASL — Lenguaje de Signos Americano RickWarren.org.
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