“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes”. 1 Pedro 5:7 (NTV)
Hace falta más que fuerza de voluntad para dejar de preocuparse. Ya sabes eso, porque ya lo has intentado. Has pensado: “no debería preocuparme por esto”, y sigues preocupándote al respecto.
Va a tomar más que tu fuerza de voluntad para dejar de preocuparte. Necesitas cuatro cosas:
Jesús dijo en Mateo 6:32, “La gente que no conoce a Dios trata de conseguir esas cosas, pero ustedes tienen a su Padre en el cielo que sabe que necesitan todo esto” (PDT). Si no tienes una relación con Dios, tienes toda la razón para preocuparte. ¡Debes conocer a Dios! Como un creyente, tienes un Padre Celestial que ha prometido cuidar de ti. Tú eres un hijo de Dios y los hijos de Dios tienen privilegios especiales. Cuando te preocupas, Dios dice: “Tu eres mi hijo. ¿Por qué estás actuando como un huérfano?”.
Mateo 6:31-33 dice, “Así que no se preocupen, preguntándose: ‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿Qué vamos a beber?’ o ‘¿Con qué vamos a vestirnos?’ … pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas” (DHH). En el momento que saques a Dios del centro de tu vida, y pongas cualquier otra cosa ahí —no importa que tan bueno sea— vas a terminar preocupándote.
La Biblia dice, “No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas” Mateo 6:34 9 (DHH). Si te preocupa el mañana, no podrás disfrutar el día hoy. Te pierdes la bendición de hoy. Está bien hacer planes para mañana, pero tienes que vivir en el hoy. También, cuando siempre estás preocupado por el mañana, el futuro se vuelve abrumador. Pero Dios te dará la gracia y la fuerza que necesites, cuando llegues ahí. Ahora, sólo necesitas fuerza para hoy.
“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes” 1 Pedro 5:7 (NTV). ¿Cómo haces eso? Una forma es memorizando las promesas de Dios en la Biblia. Son como una póliza de seguro para los creyentes. Cuando sabes que algo tiene cobertura, no te preocupas por ello nunca más. Otra forma es orando. Si oras tanto como te preocupas, tendrás mucho menos de qué preocuparte.
¿Cuál es el resultado de realizar estos pasos? Una increíble paz mental: “Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús” Filipenses 4:7 (NTV).
Haz esta oración hoy mismo:
“Amado Padre, admito que a menudo olvido que estás conmigo. A menudo olvido como eres. ¿Me podrías perdonar por eso por favor? Necesito conocerte mejor. Necesito conocer tu Palabra y tus promesas mejor.
Ayúdame a ponerte primero en cada área de mi vida. Ayúdame a vivir un día a la vez.
Ayúdame a no preocuparme sobre el mañana y en cambio a enfocarme en lo que estás haciendo hoy en mi vida. Quiero confiar en tus promesas de cuidar de cada una de mis necesidades —financieras, emocionales, físicas, sociales, espirituales y emocionales.
Ayúdame a confiar más en ti y a preocuparme menos. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén”.
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