Cuando Veas una Necesidad, Actúa Inmediatamente

“No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos. Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas: ‘Vuelve mañana y entonces te ayudaré’”.  Proverbios 3:27-28 (NTV)

En los pasados días hemos estado viendo lo que la parábola del Buen Samaritano nos enseña sobre mostrar misericordia a quienes están sufriendo. Ya aprendimos que debemos ver las necesidades de las personas que nos rodean y debemos entender el dolor de las personas. 

El Buen Samaritano también nos enseña que debemos aprovechar el momento.

No esperes, no retrases, no dejes para después. Haz lo que puedas hacer en ese momento. El amor no es algo que sientes, sino algo que haces. El Samaritano actuó. Se detuvo y se puso al nivel del hombre herido. No actuó como si fuera superior. Usó lo que tenía a mano: usó vino para desinfectar y aceite para limpiar las heridas. Eran los mejores medicamentos en aquel entonces. El Samaritano probablemente usó sus propias ropas para vendar las heridas del hombre. Después de todo, él no era un médico. No contaba con un botiquín. Sirvió. Hizo lo mejor que pudo con lo que tenía.

La Biblia nos dice en Proverbios 3:27-28, “No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos. Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas: ‘Vuelve mañana y entonces te ayudaré’” (NTV). No esperes condiciones más favorables. Cuando Dios te llama a ministrar a alguien, hazlo ya. Cuando veas una necesidad, satisfácela al instante.

Para aprovechar el momento, debes estar dispuesto a correr riesgos. Tienes que disponerte a ser interrumpido. Para ser un siervo, debes moverte en contra de tus temores. Imagina los temores que el Samaritano pudo haber tenido: “¿y si los asaltantes todavía andan por aquí? ¿y si todo esto es una trampa? ¿qué pasaría si él rechaza mi ayuda? ¿y si en realidad no puedo ayudarlo?” A menudo no queremos involucrarnos con el dolor y los quebrantos de los demás, porque francamente, nos recuerdan los propios. Pero la misericordia se mueve a pesar del temor.

La misericordia toca al intocable y ama al que no es amado.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Por qué a veces no ayudamos a las personas que están en necesidad?
  • ¿Cuáles son los riesgos que involucra ayudar a alguien?

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