Cuando Quieres Saber, “¿Cuánto Tiempo, Señor?”

“Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible”. Hebreos 11:27 (NTV)

Muchas personas sufren de dolor prolongado, ya sea un dolor físico crónico, emocional, espiritual, en las relaciones personales o financiero. Tal vez estés experimentando un sufrimiento prolongado y sientas que tendrás que soportarlo por el resto de tu vida.

Hemos estado hablando los últimos días sobre las pruebas que Dios te da para hacer crecer tu carácter, y esta es otra. Es la prueba de “Cuánto tiempo”, donde preguntas: “¿Cuánto tiempo, Señor?”.

La Biblia cuenta cómo Moisés tenía una persistencia increíble. Soportó un dolor enorme en su vida. Soportó importantes críticas y conflictos. Tenía todo el derecho de decir: “¿Hasta cuándo, Señor?”.

Hebreos 11:24-26 dice: “Fue por la fe que Moisés, cuando ya fue adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los placeres momentáneos del pecado. Consideró que era mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría” (NTV).

Moisés renunció a todo lo que muchas personas pasan su vida tratando de lograr: fama, fortuna, placer, posesiones y posición. Pero los dejó ir porque había puesto su identidad y su fe en Dios. Confió en las promesas de Dios, aun cuando fue maltratado junto con el pueblo de Dios. Pensó que ser deshonrado por causa de Cristo valía más que los tesoros de Egipto, porque “tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría”.

En fe siguió persistiendo sin saber cuánto tiempo tendría que aguantar. Y a veces eso es muy difícil. Entonces, ¿cómo continúas en fe cuando estás sufriendo? ¿Cómo se desarrolla la resistencia? ¿Cómo aguantas el dolor prolongado?

Haces lo que hizo Moisés: te acercas a Dios y te mantienes conectado para poder escuchar de Él.

Moisés tenía una zarza ardiente a través de la cual Dios le hablaba. Pero no necesitas una zarza ardiente porque tienes la Biblia. Todo lo que Dios quiere decirte está en la Biblia. Para ti, Dios no lo dirá a través de un arbusto ni lo escribirá en el cielo, porque ya lo escribió en un libro.

Deja de buscar una señal. En su lugar, comienza a buscar un versículo en la Palabra de Dios. Conocer la revelación, las instrucciones y las promesas de Dios, te dará la capacidad de pasar la prueba de “cuánto tiempo” cuando estés pasando por un dolor prolongado.

Como Moisés, mantén tu enfoque donde pertenece. La Biblia dice que Moisés “Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible” Hebreos 11:27b (NTV).

Si mantienes los ojos en tu dolor, no podrás mirar hacia arriba. Pero si mantienes tus ojos en tu Salvador, vas a atravesar las dificultades con Su gracia.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Qué tendrás que sacrificar para mantenerte conectado con Dios a través del estudio regular de la Biblia? ¿Vale la pena el sacrificio?
  • Cuando pasas por el sufrimiento, ¿dónde sueles poner tu atención?
  • ¿Qué has aprendido acerca de Dios a través del sufrimiento prolongado?

Si nunca has abierto tu vida a Jesucristo, nunca encontrarás la dirección ni tendrás la protección que proviene de una relación con Él.

No necesitas saber lo que va a pasar mañana. No necesitas saber lo que depara el futuro. ¡Solo necesitas saber quién tiene el futuro! Cuando tengas una relación con tu Creador, tendrás la seguridad de su amor y sus promesas inquebrantables.

Si quieres comenzar una relación íntima y para siempre con Jesús, haz esta oración: “Querido Dios, quiero que mi seguridad esté en algo que no me sea quitado. Quiero que mi seguridad esté en mi relación contigo, ya que confío en tu promesa de nunca dejarme. Quiero reclamar esa promesa hoy. Te abro mi vida. Confieso que he vivido la vida a mi manera y he pecado contra ti. Sé que la única forma de conocer a Dios como mi Padre es a través de Jesucristo, quien murió en la cruz para pagar la pena por mi pecado. Por favor, perdóname y sé el Señor de mi vida, cambia mis prioridades, mis valores, mi propósito y mi dirección. Transfórmame en la persona que quieres que sea mientras te entrego mi vida. En el nombre de Jesús oro. Amén”.

Si hiciste esta oración por favor déjame saber, enviándome un mensaje a [email protected].  Nuestro equipo de Esperanza Diaria te enviará unos materiales sobre cómo empezar tu caminar con Jesús.
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