“Postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y sacaron unos regalos para él: oro, incienso y mirra” Mateo 2:11b (PDT)
Por más de 50 años, mi familia ha mantenido la tradición de la celebración de una fiesta de cumpleaños para Jesús. Comenzó cuando yo tenía 3 años de edad y le pregunté a mi mamá: “¿Qué es Navidad?” Mi mamá me dijo que era el cumpleaños de Jesús. Con gran lógica de los 3 años de edad, le dije: “¡Tendremos una fiesta de cumpleaños!” Y la tuvimos, con un pastel de cumpleaños, refrescos, canciones y velas.
Hemos mantenido esa tradición por cuatro generaciones. La fiesta de cumpleaños para Jesús se ha convertido en un momento sagrado donde leemos la historia de Navidad y compartimos por lo que estamos agradecidos y lo que le estamos dando a Jesús, lo cual es una de las partes más memorables de la celebración.
A menudo, Jesús es excluido durante la Navidad. Imagina que yo planeara una fiesta para ti e invitara a mucha gente. Todos traen muchos regalos y los invitados comienzan a intercambiar regalos uno con otro —y tú no recibes nada.
Es Navidad. Le damos regalos a todos, menos a Jesús. Pero seamos honestos: ¿Qué le regalas al Dios que lo tiene todo?
En realidad, Jesús no tiene todo. Hay cuatro cosas que no tiene, a menos que tú se las des en Navidad:
Dale tu confianza. La fe es algo voluntario. Jesús no tiene tu confianza, a menos que tú se la des. Él nunca te obligará.
Dale a Jesús el primer lugar en tu vida. Si algo o alguien que no sea Jesús ocupan el primer lugar en tu vida, es un ídolo. Es Navidad, decide darle a Jesús el primer lugar en tus finanzas, intereses, relaciones, horario —e incluso en tus problemas.
Entrégale tu corazón a Jesús. Tu corazón es lo que amas, lo que valoras y lo que te interesa más. Jesús dice: “Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón” Lucas 12:34 (NVI). Una forma importante de darle a Jesús tu corazón en Navidad, es dando recursos a Su obra. Jesús no necesita tu dinero, sino que quiere lo que éste representa —tu corazón.
Acerca a otras personas a Jesús. Dios quiere más que nada una familia en Navidad. Quiere hijos que elijan amarlo y que confíen en Él. Esa es la razón por la que celebramos la Navidad. Lleva a alguien a conocer a Jesús en Navidad. Cuéntale a alguien lo que Jesús ha hecho en tu vida.
La Biblia nos dice que los Reyes Sabios no le dieron a Jesús sus sobras cuando lo visitaron en la primera Navidad, sino que en cambio le dieron tres regalos muy importantes y valiosos: “y postrándose, lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra” Mateo 2:11b (PDT).
Al darle tu confianza a Jesús, hacerlo primero en tu vida, darle lo que valoras para Su obra, y traer a otras personas a Él, le estás dando regalos mucho más valiosos que los que los Sabios del Oriente le llevaron.
Dile a Jesús; “Feliz cumpleaños” en Navidad. Dale lo mejor.
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