El versículo de hoy nos muestra una prueba de inteligencia. Veamos qué tan inteligente eres. Las personas inteligentes ahorran para el futuro, pero las personas tontas gastan todo lo que reciben.

Si queremos la bendición de Dios sobre nuestras finanzas, debemos aprender a ahorrar e invertir para nuestro futuro. Necesitamos ahorrar no importa cuál sea el nivel de nuestros ingresos, porque Dios nos está enseñando a ser disciplinados y sabios con nuestro dinero. Nos está enseñando a vivir con menos de lo que ganamos cada mes para que intencionalmente podamos apartar algo para ahorrar.

Dios dice que eso es ser responsable.

Hay una pregunta que puedes hacerte que te ayudará a ahorrar más dinero. Es muy sencilla. Cuando estés a punto de comprar algo, pregúntate: “¿Realmente lo necesito?” Y se honesto contigo mismo.

Por ejemplo, ¿realmente necesito un auto nuevo? Bueno, sé que me gustaría. ¿Pero realmente lo necesito? ¿Realmente necesito esta mejora? Se que me gustaría, ¿pero realmente la necesito?

Un principio financiero fundamental: cuando gastas tu dinero, se fue. Pero cuando ahorras tu dinero, tu dinero trabaja para ti. Si vas a hacer las cosas a la manera de Dios, puedes salir de las deudas e invertir en tu futuro al ahorrar.

Durante esta semana, hazte esta pregunta, “¿Realmente lo necesito?”

Reflexiona sobre esto:

• ¿Cómo trabaja tu dinero, a tu favor o en tu contra?
• ¿Cuál es tu mayor lucha, necesitar algo o querer algo? ¿Por qué?
• ¿Cómo podrían cambiar tus hábitos financieros si te preguntas y contestas con honestidad: “Realmente lo necesito”?

Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.

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