Conoce a otros para que no los Envidies
por Rick Warren — Julio 6, 2017
“Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde, y cada uno recibió la paga de un día. Por eso cuando llegaron los que fueron contratados primero, esperaban que recibirían más.” Mateo 20:9-10 (NVI)
La clave para superar la envidia es dejar de compararte con los demás.
La comparación es la raíz de toda envidia. Esto fue el primer error cometido en la parábola de los trabajadores del viñedo: Los últimos que fueron contratados, “Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde, y cada uno recibió la paga de un día. Por eso cuando llegaron los que fueron contratados primero, esperaban que recibirían más” (Mateo 20:9-10 NVI) En otras palabras, ellos empezaron haciendo comparaciones. “Miren lo que ellos están recibiendo Así que, nosotros vamos a recibir más. Nosotros merecemos más.”
La Biblia dice una y otra vez que nunca debes compararte con nadie por dos razones:
Primero, tú eres único. Dios te hizo especial. No hay nadie como tú. Él hizo el molde, y luego lo rompió. No eres semejante a nadie más.
En segundo lugar, si empiezas a compararte siempre vas a llegar a uno de estos dos pecados: orgullo o envidia. Cuando te comparas con los demás, vas a pensar “estoy mejor que ellos”, y te llenarás de orgullo, o si piensas “ellos están mejor que yo”, te llenarás de envidia. El orgullo y la envidia son pecados.
Además, la envidia ocurre cuando no conoces realmente a alguien. Puedes ver los puntos fuertes y los éxitos de una persona de lejos, pero solamente cuando te acercas a ella puedes ver sus heridas, hábitos y sus problemas emocionales. Todo el mundo tiene un dolor escondido. Cuando miras a la gente de lejos, es mucho más fácil no darse cuenta de sus miedos y defectos.
No hay una mejor forma de conocer a la gente de cerca y personal que en un grupo pequeño. Oí hablar de una mujer con esclerosis múltiple y lupus que le dijo a su grupo pequeño: “Si todos juntáramos nuestros problemas en una pila grande en el centro de esta habitación los miraríamos y al final de la noche probablemente tomaríamos nuestros problemas y regresaríamos a casa.” Cuando conoces a la gente de cerca, no los envidias. Pero puedes aprender a orar por ellos.
La envidia nos aísla. El compañerismo nos une y nos ayuda a conocernos mejor para que podamos dejar de compararnos con otros.