¿Cómo Responde Dios a Tu Generosidad?
por Rick Warren — Noviembre 3, 2024
Escuché una historia acerca de un hombre que llevó a su hijo a un McDonald’s y le compró una ración doble de papas fritas. De regreso a casa, las papas olían tan bien, que él sacó una pequeña papita del cartón de su hijo, y se la comió. Su hijo reaccionó muy molesto y dijo: “Papá, no puedes hacer eso. ¡Estas son mis papas!” De inmediato el padre tuvo tres pensamientos:
“Primero, mi hijo ha olvidado que yo soy la fuente de todas las papas. Yo lo llevé al McDonald’s, yo hice el pedido, yo lo pagué, yo se las entregue a él y yo estoy llevando de vuelta a casa. La única causa por la que él tiene las papas fritas es porque yo existo, ¡el Gran Dador de Papas Fritas!
“Segundo, mi hijo no se da cuenta de que, si yo quisiera, le podría quitar las papas en un instante. O, por el contrario, podría comprar un gran cargamento de papas fritas si quisiera, porque tengo el poder y la capacidad para hacer una u otra cosa.
“Tercero, yo no necesito sus papas fritas. Fácilmente podría conseguir mis propias papas fritas. Me podría comprar cien cartones si lo quisiera. Y sólo quiero que él aprenda a no ser egoísta”.
Esas tres lecciones son las mismas que Dios quiere enseñarte de tal forma que puedas ser generoso con los demás. Primero, Dios quiere recordarte que Él es la fuente de todo lo que tienes. Tú no tendrías nada — ¡ni siquiera estarías vivo! — si no fuera por Dios. Él escogió crearte y darte todas las cosas que tienes. Segundo, Dios puede quitarte todo en un instante, o podría doblarlo, porque Él tiene ese poder. Tercero, Dios no necesita tu dinero. Sólo quiere que aprendas a no ser egoísta y que seas generoso. Él quiere desarrollar tu fe.
¿Qué sucede cuando comienzas a ser una persona más generosa? La Biblia dice en 2 Corintios 9:8, “Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras” (DHH).
Dios dice que si practicas la generosidad, te dará todo lo que necesitas y más, para que tengas suficiente para compartir con los demás. Él busca un canal y cuando lo encuentra—alguien que esté dispuesto a decir: “Dios, úsame para ser una bendición para los demás”—comienza a derramar bendiciones a través de esa persona.
Si aprendes a ser generoso, Dios te bendecirá más de lo que puedas imaginar.
Reflexiona sobre esto:
- ¿De qué manera la forma en que usas y tratas tus posesiones y recursos refleja tu comprensión de que todo pertenece a Dios?
- Si Dios fuera a quitarte todas las cosas hoy, ¿cómo responderías?
- ¿Qué puedes hacer para dar generosamente a alguien esta semana?