¿Como Puedes Almacenar Tesoros en el Cielo?

“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.(Mateo 6:21 NVI).

Vas a disfrutar para siempre lo que inviertes en el cielo, e inviertes en el cielo cada vez que usas dinero para el bien.

Ayer hablamos de invertir en la eternidad al usar tu dinero para crecer en carácter, animar el compañerismo en el cuerpo de Cristo, y servir a otros en necesidad. Hay dos fondos más en los que debes invertir para que puedas recibir dividendos eternos en el cielo.

  1. El cuarto fondo de inversión de Dios es el fondo Global. Es cuando usas tu dinero para compartir las buenas nuevas y llevar personas a Jesús. Lucas 16:9 dice, “Por eso les digo que se valgan de las riquezas mundanas para ganar amigos, a fin de que cuando estas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas” (NVI).

    Muchas personas no tienen idea lo que este versículo significa. ¿Está diciendo que puedes comprar amigos? Para nada. Significa que Dios quiere que inviertas en cosas que ayudan a que personas lleguen al cielo para que cuando tú llegues al cielo, ellos te den la bienvenida ahí.

    Es la inversión más grande de tu vida. ¿Alguien va a ir al cielo por causa tuya?

  2. El último fondo de inversión de Dios es el Fondo del Tesoro. Cuando das dinero a Dios como un acto de adoración, a eso se le llama el fondo del tesoro.

    Dios hizo la promesa en Proverbios 3:9-10, “Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes; así nunca te faltará ni comida ni bebida” (TLA). El diezmo es cuando das el primer diez por ciento de tu ingreso a Dios. Cualquier cosa por encima de eso se le llama ofrenda.

    No puedes dar nada en realidad, porque él es el dueño de todo. Pero piensa sobre la ración que recibías cuando eras niño. Si ibas y comprabas un regalo de cumpleaños para tu mamá, en realidad estabas usando su dinero. ¿Eso significa que le gustará menos el regalo? ¡No! Porque a ella le importa más la intención y el amor detrás del regalo. Dios se siente de la misma manera cuando tu das.

La Biblia dice que donde esté nuestro tesoro, ahí estará nuestro corazón. Si lo que es más importante para ti, son las cosas de la tierra, entonces cada día te mueves más y más lejos de tu tesoro. Porque cada día que estás aquí en la tierra, tienes un día menos en la tierra. Te estás alejando más y más de las cosas que dejas detrás.

Pero si inviertes en los fondos de Dios y usas tu dinero para servir a los propósitos de Dios, entonces estarás almacenando tesoros en el cielo cada día. Estarás más cerca y más cerca de tu tesoro en lugar de alejarte más y más.

El Misionero Jim Elliot dijo una vez, “No es tonto dar lo que no puedes conservar para ganar aquello que no puedes perder”.

Haz esta oración en voz alta y en tu corazón hoy: “Querido Dios, perdóname por todo lo que he gastado en cosas que no permanecerán. Quiero comenzar a invertir en el cielo. Quiero invertir en fondos divinos. Quiero usar mi dinero en la forma que quieres que lo use. Hoy me comprometo a usar mi dinero para hacer crecer mi carácter y crecer en fuerza espiritual, sabiduría, y conocimiento y ser todo aquello que quieres que sea. Ayúdame a encontrar formas en las que pueda usar las cosas que me has dado para fortalecer las relaciones y mostrar amor a mis hermanos y hermanas en Cristo. Quiero invertir en la eternidad al usar mi dinero para servir a otros.

Quiero aprender a ser generoso. Quiero ser una bendición para otros. Y quiero usar mi dinero para acercar personas a ti. Quiero que las personas vayan al cielo debido a que di. Quiero extender el evangelio a través de mis acciones de servicio. Y Padre, quiero demostrar dónde está mi tesoro al invertir en la eternidad a través de mis dones y ofrecértelos a ti. Quiero honrarte al darte la primera parte de todo mi ingreso. Quiero dejar la lujuria por el dinero para que tú, poderoso Dios, seas mi tesoro. Ayúdame a recordar que no soy un tonto por renunciar a lo que no puedo conservar para ganar lo que no puedo perder. Oro esto en el nombre de Jesús. Amén”


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